Ahora puedes ser feliz, cariño. Ya no necesito más de tu fuego. Lo que empezó cuando sólo tenía trece años ha terminado hoy que soy una mujer con veintiuno. Se ha acabado toda nuestra agonía, yo también te deseo lo mejor de la vida y por favor Henry, no seas un imbécil con nadie más y cuando alguna mujer te quiera salvar, permitele que te saque de todo lo malo que te dejo mamá, no huyas, cariño. Estoy segura que está vez encontrarás un lugar allá arriba en el cielo.
