Dieciséis.

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No hay nada. Después de tres meses de intentar salir de aquí no he podido. No hay llamadas ni mensajes de Mara. Solo calor protector en casa de mamá, de esta mujer que me abandono y me lanzo a la mala vida pero sentí la absurda necesidad de esconderme aquí, en el amor que ella nunca me pudo dar. Le prometí a papá que si me dejaba regresar le iba a demostrar que mara estaba equivocada, que yo nunca le haría daño. Ahora solo falta el paso mas importante pero siento tanto miedo, estoy tan angustiado. Ella sigue con Daniel, pero mi mejor amigo dijo que hace dos días quiso saber de mi, que llamo a su casa y pidió que yo le regresara la llamada, incluso dijo que se escuchaba angustiada. Es martes, en cuanto estoy con mi mejor amigo no puedo negarme a llamarla. ¿Donde esta él? Es lo primero que ella dice. Suspiro. Estoy de vuelta, regrese por ti. Y en menos de cinco minutos estoy prometiendole amor y jurándole que esta vez todo va a ir bien, que no vamos a tener que fingir porque mis sentimientos son reales y no tengo miedo de los problema, de su mamá gritando en cuanto sepa que volví, en los comentarios de aquéllos que nos conocen y saben acerca del pasado de ambos, incluso no tengo miedo de él. Estoy aquí por ella, si. Porque estoy harto de hacernos sufrir.

El infierno es en tu cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora