Advertencia : Smut, daddy kink, malas palabras, +18
Palabras :
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"Voy a golpear ese trasero tan bien, tan fuerte que no podrás sentarte por una semana."
Esas palabras aún resuenan en tu mente mientras te sientas al lado de Bill. Sus asientos estaban lo suficientemente cerca del frente como para estar cerca del resto del elenco, pero tu estas lo suficientemente lejos como para sentirte aislada de los demás. A tu derecha había un muro, mientras que Bill estaba sentado a tu izquierda, lo cual, sin que lo supieras, el hizo a propósito. Cuando la película comenzó, tu mente y tu cuerpo finalmente comenzaron a calmarse después de la intensa escena que tuvo lugar cuando llegaron. Entre las palabras de Bill y la forma en que te follo en la limusina, fue una sorpresa para ti que pudieras enmascarar tan bien tus emociones. Pero tan pronto como empezaste a ponerte cómoda, las manos de Bill volvieron a tus muslos. El calor de su piel desató algo en ti que no estabas listo para explorar en medio de un teatro lleno de gente. Intentaste cruzar las piernas, pero en el momento en que las levantaste, aprovechó para deslizar su dedo hacia tu clítoris, dándole vueltas una vez antes de bajar para deslizar un dedo hacia adentro. Un gemido se apoderó de tus labios mientras tratabas desesperadamente de mantenerte callada. Mordiste tus labios, tratando de sostener un gemido que realmente quería salir como un grito frustrado mientras sus dedos largos y talentosos tocaban tus paredes resbaladizas. Fingiendo estar comiendo palomitas de maíz , Bill aprovechó la oportunidad para susurrar aún más cosas pecaminosas contra tu oído mientras su pecho rozaba tu brazo y hombro expuestos, la oscuridad haciéndolo más audaz de lo que normalmente sería en público.
"Todavía puedo sentirme dentro de ti. Dios Esta tan mojado. Podría follarte delante de toda esta gente y no habría nada que me detuviera". Susurró que se inclinó hacia atrás en su asiento, lamiéndo los dedos que estuvieron dentro de ti y continuó viendo la película como si nada hubiera pasado. Durante la siguiente hora y media, estuviste en completa miseria. Maldita sea, lo único que mantuvo tu atención fue la palpitacion entre tus piernas y la mirada de satisfacción en la cara de tu novio.
Después de lo que parecía la película más larga de la historia, las cortinas finalmente cayeron y las luces se encendieron, señalando el final de la película y tu dulce liberación de tu propio infierno personal. Desgraciadamente, te pusiste de pie para dar un aplauso al elenco. Viste a Bill de pie ante la llamada de su nombre y no pudiste evitar sentir orgullo. A pesar de que actualmente es el mayor idiota del mundo para ti, estabas tan orgullosa de él. Se dedicó por completo a ese papel, no importaba si era pequeño, estaba dedicado a su oficio.
Suspiraste de alivio cuando el teatro finalmente comenzó a despejarse. De la mano, tú y Bill volvieron a la alfombra roja y entraron en su viaje de espera. Mientras intentaba deslizarse con gracia en su asiento, una ráfaga de aire fresco se deslizó entre sus piernas recordándote lo mojada que estabas, suplicabas en silencio que Bill no esperara a llegar a casa para follarte, rezando por una vez para que el autocontrol que poseía volviera a fallar y te dejara temblando en los lujosos asientos de cuero de la limusina. Pero, para tu consternación, ni siquiera te miró. Durante todo el viaje de regreso a casa miró por la ventana, a su teléfono, incluso sus malditas uñas recibieron más atención que tú. Estabas empezando a creer que inventaste todo este escenario. Especialmente cuando te inclinabas, tratando desesperadamente de llamar su atención frotándo su entrepierna , pero en vez de darte esa mirada hambrienta de follar que te dio en el teatro, te daba una mirada de confusión. .............................................
