Capítulo 3

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SEGUNDA CARTA

 

Jacob, mi amigo Lobo

 

Solía alternar mis salidas a La Push con Charlie o a veces sola, cuando mi monovolumen necesitaba afinamiento o hacia sonidos extraños.

Jacob, el hijo menor de Billy Black se convirtió en mi mejor amigo, era fácil relacionarse con él, era el hermano que nunca tuve.

Su sonrisa me alegraba el corazón.

Había decidido regresar al claro del bosque donde una vez me llevaste, pero no tenía idea de cómo llegar, así que le pedí a Jacob que hiciera de guía. Caminamos muchas veces tratando de dar con el lugar y nada dio resultado.

Para entonces se oyeron rumores de campistas desaparecidos y 2 cazadores fueron hallados muertos cerca del río. Charlie se ausentaba más de la cuenta, inició un seguimiento junto con los jefes de policía de los otros pueblos. Al parecer un animal estaba rondando la zona.

Me prohibió salir al bosque y en La Push tampoco podía estar ya que Jacob y su amigo Quil habían viajado. Pasé más de un mes sin verlos, tiempo en que salí muchas veces con Mike, Jessica y Tyler. Aunque este último siempre buscaba quedarse asolas conmigo. Como si yo tuviera un letrero sobre la cabeza que dijera "disponible".

Solo dos días después de que Mike me invitara a cenar, recibí una invitación de Tyler para cenar también.

¡Qué originales!

¿Acaso pensarían que no se cocinar? No. Jamás ninguno probaría lo que yo preparo.

Salí con Tyler a un restaurante de Forks, donde sólo me hablo de las estrategias de juego y de la copa que ganaría para mí el siguiente mes en la final del campeonato. Cuando me llevó a casa intentó besarme en el umbral de la puerta. Reaccioné furiosa.

Pero toda mi ira no era dirigida a él. Me sentía miserable, quería verte y gritarte a la cara, que esto también era tu culpa.

Todas las invitaciones y ayuda de mis compañeros eran solo por eso. ¡Por qué me dejaste expuesta todos!

¿Es que acaso por invitarte al cine o a cenar se los tienes que devolver de esa manera? ¿Es que así funciona todo?

Golpee a Tyler y descargue parte de mis frustraciones en él. Se disculpó de mil maneras y lo eché de casa.

Al día siguiente muy temprano salí sola a buscar el claro en el bosque, caminé por 5 horas hasta que lo encontré. Era hermoso, tal y como lo recordaba, quise dar un paso hacia el centro pero mi corazón latía tan deprisa, recordaba nuestra primera conversación allí. Tus palabras parecían resonar en el viento…

"Isabella… No podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno"

"Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca"

Mentiroso— dije.

¡Mentiroso!— grité.

¡Edward Cullen eres el mentiroso más grande que existe! ¿Cómo puedes vivir en paz si me estás haciendo tanto daño? Como puedes…

Una carcajada fría me dejó sin aliento. Había alguien allí. Se movía con tanta velocidad que apenas vi su sombra.

Una cabellera roja, una sonrisa siniestra.

UNA VIDA SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora