¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Maratón parte III:
La última obra
Cuando Harry le presentó al profesor de literatura la nueva historia que había creado para su futuro cortometraje jamás pensó que se lo mostraría al profesor de teatro, mucho menos que a este le gustara hasta el punto de apropiarse de la idea y convertirla en la última obra de su generación, pero él no se quejó ni se opuso a nada, sobre todo cuando lo habían nombrado director y su nombre figuraba en los folletos y carteles que estaban esparcidos por toda la escuela.
Aquello sería como un tipo de práctica, ¿no? Hoy Director de la obra escolar y en unos años más Director de la película ganadora de un Oscar, del Festival de Venecia y muchas otras nominaciones más...
Las audiciones y la posterior elección de los actores fue la parte menos agradable del trabajo, Harry había tenido que rechazar a muchos chicos al no ser lo que pedían -incluyendo a Dean, Mary y Sam- o lo suficientemente buenos para entrar en escena. Sin embargo, luego de encontrar a su elenco perfecto, Holland se preocupó de darles una tarea a sus amigos dentro de la obra, dejando a Dean en la escenografía, a Mary en el baile y a su gemelo encargado de la música, y aquella -pudo asegurar- fue la mejor decisión que había tenido en mucho tiempo.
La obra era un símil de High School Musical, mas este no estaba situado en la secundaria pero si trataba de madurez y el final de un ciclo, la visión que un joven enfermo tenía sobre el futuro de sus amigos, una en donde ellos se graduaban sin el remordimiento de que él pudiera irse en cualquier comento.
Trágico y triste, sí, pero a Harry le gustaba el drama...
-¡Quedan veinte minutos para iniciar todo este circo, chicos! Necesito que vean los últimos detalles de su vestuario...-gritó por sobre el bullicio de sus compañeros y se acercó a su grupo de amigos- ¿Cómo están?
-Estoy a punto de vomitar y yo ni siquiera aparezco en la obra, ¿cómo crees que estoy? -gruñó Dean mordiéndose la uña de su pulgar.
-No le hagas caso, estaremos bien, todo saldrá perfecto.
-¡Elysia Dayman, ¿dónde está Dayman?! -exclamó el profesor de teatro por sobre la masa de adolescentes sudorosos.
-¡Aquí, aquí!
Harry volteó a ver al lugar de donde provenía la voz y sintió como su boca se secaba repentinamente, sintiendo como el pulso se le aceleraba y su aliento se le quedaba atrapado en la garganta; Eysia estaba hermosa, no había ninguna otra palabra para describirla. El vestido blanco le quedaba perfecto y resaltaba por completo su figura, el cabello suelto y esos labios rojizos... no, no, no. No.
Frunció el ceño y giró su atención al otro lado de la habitación, viendo como Sam le ayudaba a Mary el cierre de su vestido mientras reían de algo tonto y sonriendo él cuando la chica casi tropieza por culpa de un cable. Sin embargo, la tentación de voltear en dirección a Elysia se hacía cada vez más grande mientras escuchaba la conversación que ella sostenía con el profesor.
