¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sé que nunca les pongo notas en los capítulos ni nada por el estilo, sin embargo pensé que en esta ocasión merecían una disculpa de mi parte por todo lo que me tardé en actualizar esta novela, siendo el colegio y la falta de inspiración los principales culpables uwu.
Espero que disfruten este capítulo y que les sea de su agrado, porque me apenainformarles que "JustFriends" está llegando a su fin. Gracias por todo, los quiero. ♡
La competencia a la que la pareja de baile había entrado contaba con muchas exigencias, siendo la más importante de ellas la razón por la que Mary accedió en primer lugar la petición de Andrés: debían permanecer en New York -lugar donde se encontraba el estudio de grabación- durante su estadía en el programa. Y, sin embargo, también era el motivo por el que sus padres bien podían encadenarla en su habitación para evitar que se fuera al país que se hallaba al otro lado del oceano atlántico.
La chica había estado gran parte de su mañana tendida en la cama mirando el techo, con su mente llena de lagunas del día anterior y los ojos pesados debido al cansancio, en su mano se encontraba su celular con el correo de aceptación en él. Ella había decidido comentarles a su familia todo el asunto del concurso esa tarde, cuando pudiera recuperar algo de energía y ya no le doliera tanto el cuerpo, justo después de hablar con Sam.
Porque Sam Holland era su mejor amigo y una de sus personas favoritas en todo el mundo, por lo que Mary había decidido desde hace mucho que, si entraba a esa competencia, el pecoso sería el primero en enterarse.
Él siempre sería el primero en enterarse de todo lo que sucediera con ella... bueno, casi siempre si consideraban que le había ocultado su audición.
¿Pero qué importaba?
Por otro lado, la casa de los Holland se había sumido en un verdadero caos siendo los gemelos el centro de todo el espectáculo. Sam estaba atónito, mirando fijamente a su hermano mientras este se incomodaba cada vez más conforme el tiempo pasaba, esperando que el pecoso dijera algo ante su confesión. Pero, ¿qué se podía decir ante algo como aquello? ¿cómo reaccionar...?
Sam se había quedado sin palabras... ¡Mary había besado a Harry! ¿Cómo diablos había pasado algo como eso?
-¿Entonces...? -preguntó Harry ansioso, moviendo su pierna de arriba hacia abajo con insistencia.
-¿Qué quieres que te diga?
-¡No lo sé, habla! ¡Di algo! ¡Mary me besó y... luego dijo aquello!
