6.1

2.3K 203 55
                                    

    Mary frunció sus labios con molestia y depositó con fuerza los platos vacíos encima del mesón que había en la cocina antes de volver al comedor y recoger los vasos, ignorando la presencia de sus padres y de los señores Holland, la presencia de...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mary frunció sus labios con molestia y depositó con fuerza los platos vacíos encima del mesón que había en la cocina antes de volver al comedor y recoger los vasos, ignorando la presencia de sus padres y de los señores Holland, la presencia de Paddy y la de Harry, el principal responsable de sus dolores de cabeza, no importándole en absoluto que él la observara hasta que volvió a entrar a la cocina.

Sam de había ido junto a Elysia, acompañó a su novia a casa luego de la discusión entre su gemelo y su mejor amiga y de ello ya habían pasado casi dos horas.

Maldito traidor.

-Estúpido Harry, maldito seas, espero que te caiga un rayo y luego te atropelle un auto, que Tessa rompa tu cámara y no puedas recuperar ni una maldita fotografía, que tu avión se caiga en el océano...-murmuró metiendo todo bajo el chorro de agua, escuchando de fondo las voces de su familia y gruñó al escuchar la risa del rizado, comenzando a enjabonar la vajilla.

La cena había iniciado bastante bien a pesar de que su madre la obligara a sentarse entre Harry y Elysia, el ambiente era bastante agradable y muy a su pesar tuvo que mantener una conversación con el chico que estaba a su lado por la pequeña patada que Maggie le había dado debajo de la mesa; su abuela podía llegar a ser un verdadero dolor de cabeza si se lo proponía, de seguro después la regañaría porque "Mary, no me he partido la espalda todos estos años para que seas tan descortés como para ignorar a alguien, mucho menos si esa persona es tu amigo". Sin embargo, ella no ponía mucho de su parte o su usual entusiasmo cuando se trataba del chico, tampoco sonreía tanto como antes a su lado y aquello no pasó desapercibido por la mayoría de las personas que allí estaban, mucho menos para Harry, quien comenzaba a preocuparse por la actitud de la chica.

Hubo un momento de la cena en la cual todos se habían movilizado al salón principal de la casa, distribuidos en los sillones con algunos pequeños aperitivos en la mesita de centro, hablando de diversos temas hasta que a Richard, el abuelo de la bailarina, preguntó por aquel tema que muy pocas veces mencionaban cuando estaban todos juntos.

-Entonces, ¿ustedes llevan mucho tiempo juntos? -alzó su mirada hacia Sam y su novia, quienes se hallaban abrazados a un costado de Paddy.

-Casi tres años -respondió la chica con una sonrisa y Mary contempló como una mueca de fastidio cubría rápidamente el rostro de Harry.

-¡Vaya! Es demasiado tiempo, felicidades chicos, los jóvenes de hoy en día no pasan del mes.

-Gracias, señor Hunt.

-¿Qué hay de ustedes chicos? ¿no hay ninguna personita especial en sus vidas? -la madre de Mary les sonrió a Harry y a su hija, moviendo las cejas de forma sugerente.

-Nop -respondió Harry dándole un sorbo a la lata de cerveza, la bailarina negó con la cabeza mientras sonreía levemente.

-¿Nadie, en serio? -Paddy frunció el ceño confundido.

-Pero si la otra vez tuvieron una cita.

Un silencio se instaló en el ambiente y ambos jóvenes sintieron las miradas de los adultos sobre ellos, algunas cargadas de sorpresa y otras de emoción, pero ni Harry o Mary levantaron la vista para hacerles frente; uno porque no tenía ganas de recordar lo acontecido aquella tarde y el otro porque no tenía el ánimo para explicar que eso no había sido una cita, que él no sentía ese tipo de interés por la chica y que jamás serían algo más que amigos, pues estaba enamorado de otra persona y a pesar de estar olvidándola, no se visualisaba en una relación con la bailarina. Así que dejaron que ellos procesaran todo antes de lanzarse sobre ellos...

La primera en poner el grito en el cielo fue Jessica -madre de Mary-, seguida por Nicola y por último Evan.


-¿Cuándo ocurrió aquello? ¿¡Por qué nunca me enteré!? ¡Mary Hope Hunt, eres una pésima hija! -exclamó molesta, aunque la sonrisa en su rostro demostraba todo lo contrario.

-¿Están saliendo? ¿ella es la chica? ¡Oh, Harry! ¡Dime por favor que están saliendo! -Sam suspiró ante las palabras de su madre y miró con molestia a su hermano menor antes de golpearle la cabeza.

-¡Auch! -murmuró adolorido- ¿y eso por qué?

-Por no mantener la boca cerrada.

-Eso no fue una cita.

-Yo no la veo de esa forma.

Nuevamente se volvió a instalar un silencio entre el grupo luego de las palabras de Harry, las cuales a pesar de derrochar sinceridad y no poseer maldad alguna, habían generado tristeza en muchos de los presentes que estaban al tanto de los sentimientos de la bailarina. Mary se removió en su asiento incómoda y algo molesta por la situación, realmente estaba cansándose de que los demás sintieran lástima por ella cuando ocurrían situaciones como aquella.

Maggie, sonrió levemente desde su asiento y, como quien no quiere la cosa, procedió a soltar aquello que había contemplado hace algunas horas.

-Yo no sé si Harry y Mary habrán tenido una cita, o si sienten algo por el otro, pero déjenme decirles que la belleza de mi nieta no pasa desapercibida por otros jóvenes, de hecho tiene varios pretendientes.

-¿De qué hablas, mamá? -preguntó Evan, inclinándose en su lugar bastante interesado en las palabras de su madre.

-¿De dónde son esos pretendientes? Jamás me he topado con uno.

-Oh, ya sabes... son de la academia, mi pequeña flor es muy popular por allá. Incluso acaba de tener una cita con un chico bastante apuesto y encantador, y por como la trataba debo decir que era bastante caballero.

-¿A sí? ¿con quién? -preguntó Harry con el ceño fruncido.

-Andrés.

-¿¡Tuviste una cita con sonrisitas!? -gritó Sam y Elysia alzó ambas cejas sorprendida ante la actitud de su novio.


Mary abrió la boca para defenderse de las acusaciones de su abuela y explicarle todo a Sam, pero en vez de eso se relajó en su asiento, lista para dar inicio a la tercera guerra mundial en el salón de su casa. Ella bien sabía que lo que estaba a punto de hacer no era correcto, que estaba mintiendo y que luego tendría que pedirle perdón a su amigo por el embrollo en el que lo había metido, pero poco y nada le importaba, solo quería borrar del rostro de sus familiares esa mirada de lastima que siempre tenían cuando hablaban de su vida amorosa, por lo que sonrió y tranquilamente dijo:

-Sí, hoy en la tarde tuve una cita con él.

Just friends |Harry Holland|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora