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El tiempo había llegado; el enlazarse y tener cachorros.

Era lo único que estaba en contra de ser líder de la manada.

Todavía no estaba preparado para renunciar a él.

Puede lo que le haya dicho a Taehyung sea cierto, esperar a su destinado para que se le metiera por los ojos y olvidara de una vez hacerle muchas cosas, porque en esos días se encontraba más ansioso que antes, quería besarlo, hacer el amor y marcar a ese beta, solo para él. Aquel que era su mano derecha, el que ha estado a su lado toda su vida, con el único que podía imaginar un futuro junto a él, con nadie más, se negaba a que una omega se metiera entre ellos y los separara o que un engendro viniera para enlazarse con su rubio.

Pensó que podría robarse a Taehyung y llevarlo lejos para enlazarse con él, viviendo ese amor prohibido lejos de todos los ojos que los criticaran.

¡Diosa de la Luna! Estaba actuando posesivo y egoísta. Ni siquiera sabía si Taehyung tenía sentimientos hacia su persona, no lo sabía.

En el pasado quería y pedía con el alma que su amigo despertara un omega, pero al saber que fue un beta no fue para nada malo, porque el rubio se convertiría en su segundo mando, algo que lamentaría más tarde. De verdad lo estaba lamentando cuando empezó a fijarse más en su bonita sonrisa y su desarrollo, como un adolescente precoz, gozaba verlo con finas pijamas de seda descubrir sus clavículas al dormir, verlo acostado en su cama aprendiendo a hacer los informes del día, así en sus bonitas curvas y cintura delgada hecho para abrazarlo, ¡Diosa! Lo deseaba.

Casi estaba a punto de perder la cordura cuando Taehyung paseaba sus manos por su cuello al vestirlo por las mañanas, con las ganas de lanzarlo en la cama, besarlo hasta ahogarlo y provocar que se corriera, se estaba volviendo un salvaje ante ese tipo de pensamiento, pero tantos años reteniendo lo que sentía lo estaba matando.

Lamentablemente no era posible porque necesitaba a un omega, un maldito omega.

Apagó la llave de la regadera saliendo del baño, pensó que debió ir atrás del beta apenas lo corrió de su cuarto, no le gustaba que tuviera esos ojos distantes que en los últimos días tenía casi siempre, talvez era la cantidad de trabajo o puede que ya este harto de estar con él, debía relajarse.

Olió el aroma del beta del aire casi parecido a un dulce cachorro.

Ya no importaba, iba a perderlo.



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Hola Hola :)

Gracias por leer <3

Rabitta


A tu lado (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora