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Cap. 2: Propuesta.

Para la grata sorpresa de todo el pueblo, el duque se quedó varios días más, luego de la fiesta ofrecida por el barón. El elegante caballero se paseo por el pueblo, entró a tiendas y se reunió con el barón y otras personas en varias veces. Y un día de esos, para la sorpresa de todos, el duque fue a visitarlas.

- ¿Estás bromeando Kaede? – preguntó Kagome mientras cerraba el libro que había estado leyendo.

- Claro que no, el duque de Lancaster esta aquí, tu hermana lo recibió en el salón y están hablando hace varios minutos, ahora han solicitado tu presencia en el salón del ala este.

- ¿Qué creas que quiere?

- Pues no lo sé, tal vez sea una visita por cortesía o tal vez no, sólo ve a ver – la animó la anciana y luego de pensarlo un poco corrió hasta el salón; antes de atravesar las puertas entreabiertas se acomodó sus cabellos y entró luego de dar dos golpecitos en la puerta.

- Buenas tardes… - saludó, Kikyo le sonrió y le indicó entrar.

- Lady Kagome – el duque se levantó de su asiento y se acercó a saludarla – Es un placer verla el día de hoy – dijo el hombre con una sonrisa y besándole el dorso de la mano.

- Muchas gracias, Su excelencia – hizo una reverencia y luego se sentó en un mueble contiguo al lado de Kikyo.

- Le hablaba a su hermana, de lo grato que me parecía este pueblo

- Es un lugar muy hermoso

- Tiene toda la razón milady – sin poder evitarlo Kagome se sonrojó cuando él le sonrió una vez más – Y me alegra que usted esté aquí, porque quiero hablarles a las dos de algo - el duque tanteó su mirada entre ambas y habló – La verdad es que mi viaje tiene un propósito oculto… necesitó encontrar una esposa

Al parecer Kagome fue la única sorprendida con la noticia, pues Kikyo sólo asintió impasible y esperó por las palabras del duque.

- ¿Y por qué no hizo su elección en Londres? – no supo porque soltó esa pregunta, ésta sólo voló de sus labios.

- ¡Kagome! – la reprendió Kikyo – Disculpe la indiscreción, Su excelencia

- La verdad es una buena pregunta; si le soy honesto, las jóvenes de Londres me parecen demasiado aburridas, así que hice este viaje con el fin de encontrar una joven adecuada

- ¿Y por qué nos cuenta eso, Su excelencia? – Kagome miró a su hermana, Kikyo se veía contenta por alguna razón.

- Porque creo que he encontrado la joven adecuada y por eso vine a hablar con ustedes – dijo el duque con una sonrisa – Lady Melbourne – miró a Kikyo y ésta asintió con cortesía – Me gustaría casarme con su hermana…

- ¿Qué? – soltó Kagome sin poder creerlo.

- Averigüe en el pueblo y me dijeron que usted era la responsable de su hermana, así que quisiera pedir su mano en matrimonio…

- ¡Qué maravilla! – Exclamó Kikyo emocionada mientras miraba a Kagome – Di algo Kagome…

- ¿Usted quiere casarse conmigo? – preguntó sin poder creerlo.

- Así es… - él se levantó y miró a ambas hermanas – Espero que acepte la propuesta…

- Yo… - Kagome trató de hablar, pero lo único que podía hacer era mirar el suelo – Pero es que usted no me conoce y… Aún no hago mi presentación en sociedad y… - la joven miró a Kikyo esperando que ésta la ayudará, pero su hermana estaba emocionadísima mirando al duque.