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Cap. 16: Al acecho

El tiempo pasado en Knighton Hall, se le hizo demasiado corto a Kagome. Los días, horas y minutos pasados en aquel pedazo de paraíso y junto a Inuyasha, se hicieron demasiado cortos, pero con infinitamente hermosos. Ambos habían aprendido a conocerse, habían compartido momentos de todo tipo, habían tenido un par de rencillas que luego gustosamente habían arreglado. Kagome estaba tan plena y feliz donde estaba que hubiera dado todo por poder quedarse en ese sitio para siempre.

- Mi madre va a regresar una semana antes que nosotros… - le dijo Inuyasha mientras revisaba los libros de cuentas – Quiere tener la casa lista y hacer un par de citas con modistas y demás… Cosas de mujeres…

- Yo soy mujer, ¿lo olvidas? – le dijo Kagome mientras colocaba un par de libros en los estantes.

- Claro que no… - dijo recorriendo con sus ojos ambarinos toda la longitud de su cuerpo.

- Inuyasha… - le reprochó con una sonrisa – Me gustaría que pudiéramos quedarnos acá… - se quejó como una niña mientras ojeaba un nuevo libro.

- A mí también me fascina esa idea… - las manos de Inuyasha rodearon la cintura de Kagome y la apoyaron contra su cuerpo – Pero aparte de la Temporada, tengo deberes en la Cámara de Lores, no puedo dejar mi escaño vacío.

- Lo sé…

Con suavidad dejó el libro en su sitio y rodeó con sus manos el cuello de él. A su vez Inuyasha se inclinó hacía y atrapó sus labios con suavidad.

- ¿Miroku y Sango estarán esta temporada?

- Mmm… No lo sé, recibí una carta de Miroku y me dijo que lo más probable era que sólo él fuera a Londres…

- ¿Sango está delicada? – preguntó preocupada.

- No, claro que no, pero aún no sabemos nada sobre Dumais y él prefiere no arriesgar a Sango ni al bebé…

- Es una lástima, quería ver cómo le estaba yendo… El bebé debe de nacer en menos de dos meses…

- Si quieres puedes ir con ella, estará en casa de sus padres, puedes hacerle compañía…

- ¿Y dejarte sólo en Londres?, con las nuevas debutantes revoloteando a tu alrededor – Inuyasha sonrió y le dio un beso entre los cabellos – No estoy así de loca…

- Me tranquilizaría más… - intentó Inuyasha, aunque la verdad él no la quería lejos.

- Pues duerme en mi habitación y así me tendrás vigilada… - susurró en su oído antes de alejarse de él y salir con una sonrisa de la biblioteca.

- Duquesa… - se topó con el administrador en la entrada, quien le hizo una reverencia para dejarla pasar.

- Estaré en los jardines – se despidió de ambos y salió con una sonrisa aún más amplia.

- ¿Comenzamos, su excelencia? – preguntó el hombre después de unos segundos de silencio.

- ¿Eh?... Claro, claro… - abrió las ventanas del cuarto y fue a tomar asiento para cerrar las cuentas del mes; eso si podía dejar de pensar en la provocadora de su esposa.

-.-.-.-.-.-

Los jardines de Knighton Hall se habían convertido en uno de los espacios favoritos de Kagome. Allí había pasado gran tiempo con la madre de Inuyasha y había conocido detalles de su vida que le habían ayudado aún más a estrechar lazos con él. Aparte de aquello cuando iba sola, le encantaba sentirse la paz del sitio, el aroma de las flores, el sonido de las aves; todo aquello la transportaba a un estado de calma que llenaba su alma de plenitud.

𝑬𝑵𝑮𝑨Ñ𝑨𝑹 𝑨𝑳 𝑫𝑼𝑸𝑼𝑬  ✨  𝔦𝔫𝔲𝔶𝔞𝔰𝔥𝔞✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora