7| Temporal

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Una vez que se decidió a buscar un lugar para mudarse, fue cuestión de tiempo para llevarlo acabo. Lo difícil no fue convencer a su terapeuta, quien de hecho le dio el visto bueno casí al instante.

"—Si es lo que necesitas, no tengo objeción alguna. Pero debes prometer que estarás dispuesto a pedir ayuda si llegas a necesitarla." Eso era lo que Gavin había dicho cuando le comentó su idea de mudarse.

Tampoco fue difícil encontrar un buen lugar para quedarse. Era un apartamento pequeño, una sola habitación. Una cocina que compartía espacio con el comedor. Una sala pequeña y un baño. No era grande y mucho menos ostentoso, pero era funcional y dado que planeaba conseguirse un empleo, esperaba pasar tanto tiempo fuera del apartamento como  pudiera. Además estaba en Boston, a menos de dos horas de Worcester y de cualquier manera volvería cada semana para su cita con el terapeuta, por lo que no estaba desligándose de sus padres. Además al estar en Boston, tenía a Oscar y Adrién a una llamada de distancia, si es que llega a necesitarlos.

Lo verdaderamente difícil fue convencer a sus padres de que estaría bien. Que siempre podía volver, si las cosas se tornaban feas. Su madre lloró y su padre trató de convencerlo de no irse. Ellos estaban asustados y los entendía, pero también se había dado cuenta cuanto les afectaba el que él estuviera en casa. Ellos jamás lo aceptaría, pero era notable lo alerta que permanecían todo el tiempo, preocupados por él, tratando de darle tantas comodidades como fuera posible y lo agradecía, de verdad que lo hacía. Pero también quería tomar distancia, por el bien de ellos y por el suyo propio.

No sabía cuanto más tardaría en, por fin, poder empezar a avanzar en su recuperación. No sabía si serían un par de meses más o si serían años, también podía ser permanente y no quería que sus padres tuvieran que lidiar con ello. Y de cualquier forma James necesitaba tiempo a solas, en donde pudiera romperse con libertad, en donde pudiera llorar  sin miedo a que sus padres lo escucharan y se preocuparan más de lo que ya lo estaban.

Esa era una de las razones principales para mudarse, al igual que poner un poco de distancia entre él y Rosmary. Sin embargo estaba aquella otra razón. Sus pesadillas. Tenía la esperanza de que mudarse ayudaría a mitigar un poco dichas pesadillas, tenía la esperanza de poder dormir un poco en aquel apartamento sin despertar con el miedo atorado en su garaganta y el fantasma de Derick atravesado en su cosciencia.

Así que aquel domingo por fin pudó poner sus cosas en el auto listo para partir a Boston. Había sido triste despedirse de sus padres, pero les prometio volver pronto y de cualquier manera la navidad estaba a la vuelta de la esquina y esta vez la celebrarían en casa de Oscar y Adrién, por lo que se verían ahí en poco tiempo.

Mientras hacía su viaje a Boston, se sintió un poco nervioso. Quizá apretó el volante un poco más de la cuenta, pero hacia mucho que no conducía ese auto. Fue lo único que le quedó como prueba de que alguna vez estuvo casado con Rosmary. Ella se quedó con la casa, entonces el se quedó con el auto. Aunque francamente no sabía porque lo había hecho. Le daba miedo conducir. Sabía que el estrés post traumático era impredecible. Hasta la más mínima cosa podía desencadenar un crísis o un ataque de pánico. Y la idea de que eso pasara mientras conducía, no le hacía la más mínima gracia.

Sufrir un accidente y morir no le asustaba. Lo que le aterraba era provocar un accidente y lastimar a más personas. Porque joder, ya tenía demasiadas muertes en su consciencia y no quería ni una más.

Así que cuando por fin llegó al edificio en el que se encontraba su apartamento, pudó soltar un suspiro de alivio. Abrió el baúl y empezó a bajar sus cosas, no es que tuviera demasiado. Después de todo el pequeño apartamento estaba amueblado, por lo que bastaba con su ropa y algunas otras cosas para hacer aquel lugar habitable.

Un amor para James (Suerte # 6.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora