Meses después del incidente...
—Usted pudó hacer algo para evitarlo— dijo Derick parado a un lado de su cama. El frente de su uniforme manchándose de sangre a una velocidad aterradora— debió haberme hecho caso. Debió mantenerse atento a la misión.
—Yo...l-lo siento— sentía que el aire empezaba a faltarle— se que fue mi culpa, lo siento.
—¿De qué me sirve un los siento? ¿Eso va a servirle a mi hija cuando crezca sin un padre?
—N-no, yo...
—¡¿Usted qué?!— gritó Derick abalanzándose sobre el, tumbándolo en el colchón —¿Usted qué...?— preguntó en un murmulló antes de quedarse inerte.
—Derick— lo movió ligeramente pero el chico estaba helado— ¡No, Derick! Por favor no otra vez. No otra vez...
Movió al chico haciéndolo quedar sobre sus espalda. Sus ojos celestes carentes de vida. El hilillo de sangre escurriendo por la comisura de su boca y su nariz. La sangre que no dejaba de emanar de los agujeros en su pecho.
—Derick...— murmuró con el nudo familiar apretándose en torno a su garganta. El aire cada vez más escaso. —Despierta, despierta, despierta...¡Despierta!
*
Se sentó de golpe respirando con dificultad. Su corazón martilleando frenéticamente contra su pecho de una manera que era casi dolorosa, oh Dios, cuanto costaba respirar. Se encogió pegando la frente contra sus rodillas, como si eso pudiera ayudar de alguna manera.
Quería reirse, lo intento, pero lo único que obtuvó fue un sonido extrangulado y herido que pronto se convirtió en un sollozo. Inhaló bruscamente trantando de contener el llanto y lo logró por muy poco.
Habían pasado meses desde el maldito incidente y las pesadillas aun lo golpeaban cada vez que conseguía dormir medianamente bien. Era un puto caos con toda la mente revuelta. No se suponía que todo debía terminar de esa manera, no se suponía que lo que paso en Kabul debía afectarle tanto. Y sin embargo lo hacía.
Todo había empezado un mes después del incidente, cuando una noche se despertó gritando y llorando como un niño. No solo le había metido un susto de muerte a sus compañeros de escuadrón, sino que eso basto para tener que hacer una nueva visita a uno de los terapeutas designados del ejército. El diagnóstico fue devastador; Síndrome de estrés postraumático agudo.
Había estado en terapía desde entonces y era una mierda porque no importaba cuando intentara dejar todo atrás, no importaba cuanto hablara con Gavin, su terapeuta, nada funcionaba. Seguía estando igual o más jodido que al principio.
"Necesitas perdonarte a ti mismo, James" Solía decirle Gavin con una sonrisa afable. Cosa que solo ponía a James a la defensiva. Aunque siendo sincero, todo lo que venía de Gavin lo ponía a la defensiva. Vamos que el tipo era varios años más joven que él ¿cómo podía tenerle confianza? Esa era la pregunta que siempre lo acosaba.
Sabía que desestimar a su terapeuta por ser mas joven que él, era una idiotez. Si el tipo no fuera capaz, ni siquiera se lo hubieran asignado como terapeuta en primer lugar. Lo sabía de sobra, pero no por eso era más amable con el tipo.
En fin, como la terapía por si sola no estaba funcionando, Gavin había optado por recetarle ansiolíticos y antidepresivos para ayudarle a sobrellevar esas crísis que a veces lo atacaban sin previo aviso. Como cuando escuchaba un sonido demasiado fuerte, ya fuera el de una puerta siendo cerrada con un poco más de fuerza o un aplaudo sorpresivo. Eso bastaba para hacerlo recordar las explosiones y las detonaciones de los rifles de asalto. Los temblores venían para atacar su cuerpo y su mente se volvía un desastre de imagenes inconexas sobre su estancia en Kabul, sobre su vida con Ros...sobre Derick muriendo justo a su lado.
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Un amor para James (Suerte # 6.5)
RomanceSpin-off de la saga suerte, específicamente de "Amour Inattendu". Porque los amores que surgen en momentos difíciles, pueden convertirse en algo inquebrantable. NO copias NO adaptaciones Todos los derechos reservados