Un amor para James (Suerte # 6.5)

12| Las cosas no siempre salen como se planean

Para mediados de la primera semana de enero, James ya había conseguido un trabajo. En terminos económicos, él no necesitaba un empleo puesto que seguía recibiendo parte de su sueldo como Capitán del ejército. Pero no soportaba estar sin hacer nada, por lo que buscar un trabajo podía considerarse como terapia ocupasional. Eso es lo que Gavin le había dicho. Buscar algo en lo que entretenerse y que a la vez lo hiciera sentir útil y necesario.

Para la tercera semana de enero, James estaba bastante adaptado al trabajo. No era ni de lejos algo que hubiera escogido en condiciones normales. Pero estaba empezando a darse cuenta de que mientras más setido le buscara a las cosas, más confusas parecían tornarse. Era por eso mismo por lo que había decidido no darle demasiadas vueltas a ciertas cosas, como su trabajo nocturno como cajero en una estación de servicio de esas que estan abiertas 24 horas al día. Por lo que su jornada laboral empezaba a las diez de la noche y terminaba a las seis de la mañana del día siguiente.

"Una locura" había dicho su madre. "Puedes encontrar algo más" había sugerido su padre. "Puedo conseguirte algo en el hospital", había sugerido Oscar. Y realmente entendía que ellos no estuvieran demasiado traquilos con su empleo, de hecho hasta su terapeuta se había mostrado ligeramente en desacuerdo, eso hasta que le explicó el motivo por el cual aceptó dicho empleo, en lugar de uno como recepcionista en un hotel, o que tal el de cajero en el super, o incluso el puesto como vendedor en un concesionario de autos.

Para James trabajar por las noches, funcionaba bastante bien ( en su mayoría). Teniendo en cuenta que los momentos más críticos del soldado eran precisamente las noches, donde el insomnio daba paso a que su mente se llenara de preguntas sin respuesta, recuerdos dolorosos y culpa. Además de que estaban esas pesadillas que no parecían querer irse. Trabajar por las noches era bastante aceptable. por lo menos en las casi tres semanse que llevaba desempeñando aquel empleo, se había dado cuenta que dormía mejor de día, tal vez no eran tantas horas como le gustaría, pero había un descanso real. Lo suficiente como para no sentirse al borde de un colapso nervioso a causa de la falta de sueño.

Así que estaba bien, todos parecían haber aceptado su decisión. Todos excepto cierto pomposo francés, a quien cabe resaltar, no le había contado absolutamente nada al respecto. Y tampoco es como que estuviera obligado a hacerlo, pero le resultaba difícil ignorarlo cuando le enviaba mensajes todos los días. La mayoría de veces optaba por ignorarlo, pero algo había cambiado desde la última vez que se vieron en año nuevo, porque de otra manera James no lograba explicarse porque a veces le respondía los jodidos mensajes y encima era amable.

Inexplicable. Absurdo. Inaudito.

Eso era algo en lo que no quería pensar demasiado. Y seguro como el infierno que no quería a Jeanluque Bonnet inmiscuyéndose aun más en sus asuntos y por eso no le había contado nada. Además estaba totalmente convencido de que un hombre tan ocupado como lo era el odioso francés, seguro tenía cosas más importantes en las que pensar.

No tenía idea de lo equivocado que estaba.

~~*~~

Jeanluque estaba  bastante estresado. Bueno, nada del otro mundo teniendo en cuenta que el año recién empezaba  y eso significaba juntas y más juntas interminables. Planes de negocios, reuniones con nuevos y posibles inversionistas. Si bien Bonnet Empires Inc. contaba con una junta directiva, era él quien solía tomar gran parte de las decisiones, lo que significaba tener a todo ese montón de personas tratando de disuadirlo de sus decisiones. Pero vamos que llevaba años al frente de la empresa y podía contar con los dedos de una sola mano las veces que se equivocó. Podía sonar arrogante, pero era muy bueno en lo que hacía; Claro que eso no quitaba que fuera un fastidio soportar las constantes contradiciones de su junta directiva.