Capítulo 9

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He estado girando por un tiempo, con un par de mujeres a mi lado, tengo pecados en mi mente bebiendo el vino tinto. He estado sentado aquí por años, arrancando páginas ¿Cómo es que llegué a desvanecerme? —Bloodstream, Ed Sheeran

Natalia

Esa noche no cerré los ojos en ningún minuto, ni siquiera después de escuchar a Oksana llegar a su último orgasmo y dormirse entre mis sábanas.


¿Cómo pude hacer eso? ¿Cómo demonios pude vivir haciendo eso por más de cinco años? Alicia tenía razón, estaba jodida.


Ya no podía seguir, estaba claro. No podía acostarme con alguien a quien no amaba, a quien no deseaba de todas las maneras posibles.


Antes de siquiera empezar ya comenzaba a arrepentirme porque el sabor de los labios de Oksana era distinto, la manera en que ella me tocaba también era distinta y si buscaba las cosas parecidas tampoco funcionaban porque no solo mi cuerpo lo sabía, también lo sabía mi mente, alma y corazón; toda yo sabía que ella no era Alba y que ninguna otra mujer lo sería jamás.


Cuando oí los leves ronquidos de Oksana hundí mi rostro en la almohada y lloré en silencio. Extrañaba tanto a Alba y mis intentos de olvidarla y lastimarla solo me hacían sentir más vacía y peor que eso, me hizo descubrir que realmente siempre estuve vacía, incluso cuando creía que estaba bien con mi manera de vivir.


La única vez que el vacío se llenó fue cuando tenía a Alba a mi lado.


Esperé hasta que el sol se hizo paso en mi departamento y me levanté rápidamente. Me puse mi ropa interior y escuché un leve gemido de Oksana despertando.


— ¿A dónde vas con tanta prisa, lyubil? —traté de ignorar el escalofrió que recorrió mi espalda y la miré. —Aún es temprano.


—Debes irte, Oksana. —cuando lo dije pareció no creerme porque soltó una risa y negó con la cabeza. —Es en serio.


Su rostro cambió considerablemente y sentí un poco de miedo. Más aun cuando arrojó las sábanas y se levantó completamente desnuda, igual de rápido desvié la mirada de su cuerpo y seguí vistiéndome a toda velocidad.


—No sabes con quien estás jugando, Natalia. —iba a enfrentarla, pero se puso frente a mi empujándome con fuerza de regreso a la cama. Mi estado de sorpresa no me permitió responder hasta que ella volvió a sentarse sobre mí. —Ahora eres mía.


— ¿Qué?—la miré más asustada que de costumbre. —No hay necesidad de ser tan intensa, solo lo hicimos.


—Y no volverás a hacérselo a nadie más.


Solté una risa e intenté sacármela de encima, pero envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y se pegó más contra mí ¿Cómo era posible que tuviera tanta fuerza en ese delgado cuerpo?


—Escucha, cariño. Podría ser millonaria si me pagaran por todas las veces que una chica ha creído que puede ser la última en mi largo listado de conquistas.


—No, amor. Yo no soy otra más. Estás muy equivocada si crees que soy la clase de chica que puedes tirarte y dejar.


Abrí la boca para intentar reclamar, pero ella se impulsó en sus rodillas y dejó sus pechos frente a mi rostro.


—Escucha, Oskana. Creí que solo querías probar que tal y...


—Probé y me gustó, ya te lo dije. Ahora eres mía.


Kitty's Bra (Parte II) - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora