Outro

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Es raro como funciona la vida. Deseas algo y tienes que esperar y esperar, y sientes que no llega nunca. Luego sucede y se va, y todo lo que deseas es acurrucarte una vez mas en el instante en que cambiaron las cosas.-Delirium, Lauren Oliver


Cookie

Luego de la "exitosa" operación de Natalia comencé a buscar ayuda para demandar al hospital y los doctores porque definitivamente le habían cambiado el corazón y el cerebro. Estaba empeñada en hacer locuras y no de las locuras sexuales y alcohólicas de siempre. No, ella se fue a las grandes locuras que le durarían de por vida.

Para empezar estaba todo el tema del juicio. Aparte de tener muy buenos abogados comenzó a pedir ayuda y consejos para limpiar su reputación, cosa que me parecía imposible, pero los abogados estaban muy de acuerdo con todas las burradas que decía y de apoco comenzábamos a perder a Natalia.

Pensé que la recuperaría al irse Alba que era la principal culpable de sus cambios, pero al parecer la rubia si estaba destinada a ser el gran amor de la vida de Natalia porque todo lo que Natalia hacia no era solo para ser mejor para su hijo, sino que para Alba también.

El amor era tan ciego a veces.

Ahí, sentada en su cama, miré todos sus papeles y su cuaderno de dibujo repleto de Alba; a esas alturas ya no necesitaba verla desnuda.

- ¿Y? ¿Qué tal?

Natalia salió luciendo un traje de oficina real. Gris, con falda y todo. Me quedé con la boca abierta porque simplemente era demasiado para mí.

- ¿La idea era parecer Hillary Clinton? -ella asintió y me levanté de la cama. -No es gracioso ¿A que va todo esto? Entiendo lo del niño, debes parecer una madre responsable, pero ¿El traje?

-Esto no es para los temas del juicio. Es para otra cosa.

Obviamente no me dijo. Me estaba excluyendo tremendamente, ella era tan Alaska y yo era tan Tierra del Fuego. Simplemente había mucho en el medio y ella no hablaba con nadie que no fuera su sensual amigo Miki.

Así que intenté sacarle información a él.

-Oh, hola. Tú debes ser...Constanza.

-Cookie, es Cookie. -le sonreí y entré en su departamento. Agradecí que no estuviese su desesperante novia y el desesperante bebé. -Y bueno ¿Cómo estás?

-Ams... ¿Bien? -le levanté una ceja y sonrió. -Odio comparar a personas, pero vamos, eres su prima ¿Qué quieres de mí?

-Solo necesito información sobre qué se tiene entre manos Natalia. Parece una maldita alcaldesa de villa.

Lo vi sonriendo y me pregunté como Natalia podía ser tan lesbiana con semejante escultura de hombre viviendo tan cerca y con una evidente devoción a ella.

-Me obligó a que no te dijera y ella es intimidante. Mucho más que tú.

Me levanté y lo miré de frente...o al menos lo intenté, era tan pequeña que dolía en mi ego y amenazas.

-Me importa una mierda quién es más intimidante. Me vas a decir qué diablos andan haciendo a mis espaldas.

- ¿Por qué tendríamos que hacerlo? Tú también haces muchas cosas a sus espaldas ¿No es así?

Con eso básicamente me corrió de ahí y terminé haciendo lo que hacía a sus espaldas. Verme con Julia.

Al principio era demasiado obvio mi interés porque solo sabía que a la chica le gustaban las locas y ese anillo encaja en cada dedo de mi cuerpo, pero no sabía que eran la clase de chicas locas y asesinas. Natalia lo mencionó muchas veces para mantenerme alejada, pero la chica seguía llegando y era demasiado guapa como para decirle que no.

Kitty's Bra (Parte II) - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora