Capítulo 31

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No tengo opción
porque ya no diré adiós.
Arreglaré las cosas rotas.
Repararé tus alas rotas.
Y me aseguraré de que todo esté bien.
— This Love, Maroon 5

Natalia

Kevin releyó la carta del juzgado muchísimas veces, al igual que todos los demás.

Luego de ocho años estábamos enfrentando una pesadilla que jamás creeríamos vivir. Algo que quedó muy enterrado en el pasado de varios, una de esas heladas de invierno que no esperas que vuelva a suceder, pero ahí estaba, pasó de ser tan improbable a ser inevitable.

La carta de juzgado de Chicago estaba firmada por el juez, un abogado de un extravagante nombre alemán y la firma de Evan que resultó ser tan desagradable como el.

Alicia no dejó de llorar y la abracé con fuerza intentando darle calma, pero ¿Cómo? Jamás pensamos que esto pasaría porque, a pesar de las madres que fuimos durante toda la vida de Cody, la ley nos podría pasar por encima y quitarnoslo muy fácilmente teniendo a su padre biológico pidiendo la custodia.

—Dijiste que jamás volveríamos a verlo. —el llanto de Alicia destrozó mi corazón en millones de pedazos y miré a Kevin y Mikin que me miraban aun molestos por el odio que me tenían hoy en día, pero su preocupación era superior. —Él no quería a Cody.

—Voy a serte honesto, Alicia. —Kevin dejó la carta sobre la mesa, literal y metafóricamente hablando, y luego miró a Miki. —Hay muchas probabilidades de que le den el niño a Evan. Es su padre biológico, no importará la mierda que era hace ocho años si ahora tiene un trabajo, estabilidad y una buena propaganda de buen padre. Con los abogados correctos y un homofóbico jurado; el niño será suyo.

—Pero Cody tiene ocho años, puede elegir; nos elegiría a nosotras ¿No?

Kevin lo consideró y asintió.

—La opinión de Cody y sus deseos no serán ignorados, pero estamos hablando de bajo qué condiciones lo recibieron. —Miki bajó la mirada y Kevin solo lo soltó, sin lubricante.—Dijimos que nadie sabía quién era el padre y a él le dijimos que Marilia murió antes de dar a luz y que el bebé jamás nació. Tenemos demasiado en nuestra contra.

—Pero...—Alicia corrió hasta la biblioteca y llegó cargando una antigua carpeta de la que sacó un papel. —Esto fue todo legal, estuve ahí cuando Marilia hizo los papeles y los años que le siguieron para adoptarlo. Legalmente me pertenece.

Kevin agregó el papel a su propia carpeta sobre el caso y se limitó a encogerse de hombros.

—Les puedo prometer que me esforzaré porque lo conserven. Pondré a mi esposa para ayudarnos con el caso, incluso a mis padres. Mi madre es una de las más respetadas en el juzgado de familia, pero les recuerdo; esto va más allá de eso. Hicimos cosas ilegales para conservar a ese niño, nos puede ser arrebatado por todas las de la ley.

Kevin y Miki se fueron antes de las tres de la madrugada y me quedé sin palabras para reconfortar a Alicia que no dejaba de llorar desde la puerta del cuarto en donde Cody dormía tan placenteramente, ignorante de lo que se venía por delante.

—No podemos perderlo, Natalia. No podemos dejarlo en las manos de ese animal.

—No pasará, Alicia. —la abracé y escuché todos sus miedos hasta que las lágrimas se acabaron. —Cody no se iría con él. No pueden obligarlo tampoco.

Esa noche fue la más larga de mi vida a pesar de las horas de sueño. No imaginaba una manera posible para salir victoriosa de eso o de evitarlo. Si hubiéramos hecho todo limpiamente años atrás tal vez habríamos conservado a Cody, pero decidí el camino malo y nos había puesto en esta situación porque Evan no venía por Cody; venía por su venganza contra mí.

Kitty's Bra (Parte II) - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora