Día 12: Paraíso

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Pareja: AoKagaAo

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Esto sí que era un auténtico paraíso: los rayos sol tostando sus cuerpos, una suave brisa les golpeaba el rostro, el sonido de las olas del mar, y una rica bebida bien fresquita, nada mejor para combatir los calurosos días de verano. 

Y qué mejor estando los dos juntos. 

—Taiga, pásame la crema protectora, no quiero quemarme —el nombrado arqueó una de sus extrañas cejas bajo sus gafas de sol. 

—Quemarte, ¿tú? Si estás bien moreno. 

—Bueno, pero aquí en este lugar los rayos del sol son fuertes, ¿no sabes que el sol es peligroso? —respondió como si nada. El pelirrojo le pasó el bote de crema, y éste empezó a extendérsela por su torso. 

Por su parte, Kagami tenía como una especie de espejitos para broncearse más rápidamente, mientras bebía de su rico cocktel. 

—¿Quieres que nos demos un baño? El agua está muy rica. 

—Ahora mismo no deberíamos meternos al agua, recuerda que almorzamos no hace mucho, mejor seguimos tostándonos al sol mientras oímos las olas del mar. 

—Me parece buena idea —terminó de beber su cocktail hasta que se le terminó—. Voy a por otro, ¿tú quieres? 

—Sí, hace un rato que me lo terminé —le extendió al pelirrojo su copa vacía—, y con esta calor sólo me apetece beber. 

—No tardo —fueron unos minutos cuando Kagami apareció trayendo otras dos bebidas en sus manos. Se tumbó nuevamente en su tumbona a seguir relajándose. 

—Tenemos que venir más seguido, esto es el auténtico paraíso —comentó Daiki bostezando, completamente relajado. 

—¿Se puede saber qué hacéis? —cuestionó Kuroko observando a sus luces. 

—Relajarnos. 

—En el paraíso. 

—¿Quieres tomar el sol con nosotros? 

—Aunque debes echarte crema, que tú eres muy pálido y podrías quemarte —el de cabellos celestes arqueó las cejas. 

—Quemarme, ¿con qué, Aomine-kun? 

—¿Pues con qué va a ser? Con el sol, ¿no ves cómo aprieta? 

—El sol... —levantó su mirada. 

—¿Por qué no invitas a Momoi y os dais un baño, el agua está muy buena. 

—El agua... —se giró ahora hacia atrás, dónde el pelirrojo señaló. 

—Tetsu, ¿estás bien? —preguntó Aomine, ya que el once de Seirin se había quedado completamente quieto delante de ellos. 

—Eso debería preguntarlo yo. ¿Se puede saber qué haces? —cuestionó nuevamente, ahora preocupado seriamente. 

—Te hemos dicho que relajarnos en este paraíso. 

—Pero, ¿qué paraíso, si estáis dentro del apartamento de Kagami-kun? ¿Con qué sol quieres que me quede, con el de la lámpara? ¿Y dónde quieres que me dé un baño, en la bañera? 

Sí, estaba empezando a dudar de la salud mental de sus amigos, ya que ambos habían colocado como una especie de cartel de una playa a sus espaldas, mientras estaban en unas tumbonas, tomándose una bebida mientras tenían el aire acondicionado encendido, y fingían que tomaban el sol. 

¿Qué paraíso era ese? Definitivamente, estos dos de tanto básket tenían la cabeza trastocada, pero lo que terminó de desquiciarlo ¡es que se creían que estaban en una playa paradisíaca! 

Un Fictober Con Mucha Tinta (KnB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora