Un enorme globo aerostático lleno de colores vivos se alzaba impetuoso en medio de la plaza de mi pueblo, justo enfrente de la fuente, a tan solo un par de metros de ella.
Sí, eso es. Un gigantesco globo aerostático. Aquello me resultaba cada vez más raro. Cuando llegué adonde él, tuve la sensación de que el globo había estado esperándome, que llevaba un largo tiempo esperándome allí, casi al lado de mi casa.
Y sin darme cuenta, de un momento a otro, me encontraba dentro de la barquilla. Lo que realmente me sorprendió, es que ni si quiera me sorprendí por ello. Tampoco me sorprendí cuando el globo comenzó a elevarse sin siquiera yo hacer nada, como si fuera un simple globo de helio que pierde un niño recién comprado en un puesto de la feria una noche de verano.
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El niño de la luna
Short Story- ¿Y cómo has llegado hasta aquí arriba? - Igual que tú, flotando y elevándome. - ¿En globo? - En muchos globos, cada uno de un color diferente.
