Agachó un poco la cabeza.- Sobre todo por el día, pero yo debo escaparme por las noches, para que nadie se dé cuenta. Porque solo cuando algo que nunca ha ocurrido ocurre, es cuando quieren mirar. Además, las noches son muy tranquilas y es cuando las estrellas salen. Es cuando me siento acompañado.
Se recostó en la luna con un pie apoyado en ella y el otro colgando por uno de los lados.
- Pues espero que te hagan una buena compañía, niño de la luna. Y, a ver si alguna noche pescas una.
- Gracias, yo también lo espero, con gran paciencia. ¿Tú por qué has venido aquí?
Ahora era él quien quería saber de mi historia.
- Bueno, me he levantado y te he visto desde mi ventana. Tenía curiosidad de saber qué hacías aquí.
- ¿Tú también te sientes sola allá abajo?
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El niño de la luna
Short Story- ¿Y cómo has llegado hasta aquí arriba? - Igual que tú, flotando y elevándome. - ¿En globo? - En muchos globos, cada uno de un color diferente.