Sus respuestas seguían pareciéndome demasiado enigmáticas como para poder entenderlas.- Lo siento, pero aún no he pillado lo que...
- Es hora de despedirnos- dijo de pronto.
- ¿Qué? ¡No, espera!- supliqué.
- Tranquila- me sonrió- Yo siempre espero, tumbado en la luna. No lo olvides.
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El niño de la luna
Short Story- ¿Y cómo has llegado hasta aquí arriba? - Igual que tú, flotando y elevándome. - ¿En globo? - En muchos globos, cada uno de un color diferente.