Narra Fernando.
Como cualquier día normal, solo que con un poco de trabajo extra, terminé los reportes, fui a comer y regresé a mi oficina.
Al parecer no había más trabajo por hoy y había hecho también el de Jorge, ya se lo comentaría después, cuando lo viera.
Pero ese después solo se perpetuaba, los días seguían pasando y no había rastro de él.
Comenzaba a preocuparme y para empeorar la situación; nadie sabía de su paradero, era como si hubiera desaparecido.
Uno de esos días había escuchado que su pareja había venido a preguntar por él.
«Entonces él tampoco sabe...»
Mientras tanto yo seguía haciendo su trabajo, no quería que lo dieran de baja de la empresa por sus inasistencias.
—¿Dónde estás Jorge? —pregunté al aire mientras hacía un garabato en una hoja.
Casualmente terminé haciendo un lobito negro en la hoja.
Lo miré y sonreí un poco, luego volví a la realidad, él estaba desaparecido.
Me desesperaba cada día que pasaba, siempre esperaba verlo a la misma hora en la entrada o tomando el ascensor.
Entonces un día avisé que faltaría al trabajo y inicié mi propia búsqueda.
Sabía que probablemente no tendría resultados, pero quería hacer algo, quería verlo otra vez.
Ese día me vestí unos shorts, me puse mis tenis y una camisa fresca sin mangas.
Traté de anotar toda la información que era poca, sobre la desaparición de Jorge.
Tenía algo sobre la última vez que se le vió, lo que dijo su pareja cuando había ido a la oficina a buscarlo, y algunas otras cosas más.
Estaba repasando un poco afuera de mi casa, cuando.
«"Lo vi por última vez antes de abordar un taxi, esto hace una semana"»
El taxi...
Me vino un chispazo a la mente, casi pude sentir mis neuronas haciendo sinapsis una a una y mostrándome aquello que acababa de recordar.
«Recuerdo un número en el taxi, en la cajuela, era propio de ellos, para identificarse... Era... "19345"»
Rápidamente saqué mi celular y busqué la estación de taxis más cercana, dándome dos resultados, una estaba más lejana a la otra.
Miré bien la primera dirección, hice una anotación en mi libreta y guardé mi celular, partí entonces hacia el primer destino.
...
...
...
Después de un pequeño rato caminando a paso algo apresurado llegué a la primera estación de taxis, me acerqué a lo que parecía ser la oficina.
Un gato de aspecto desaliñado me atendió.
—Buenas tardes, ¿Necesitas un taxi? —preguntó con amabilidad.
—Oh, no, venía a preguntar si con ustedes laboraba ésta unidad —dije y le mostré el número.Se puso pensativo un poco y después checó algunos papeles que tenía por ahí.
—Lo siento pero esa unidad no labora aquí —dijo.
—Ya veo, bueno, gracias —dije.El gato volvió a su asiento y yo salí de ahí.
Miré mi libreta y taché la primer dirección.

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It's Time (Furry/Gay)
Teen FictionAveces cuando creemos que nuestra vida no puede ser mejor, es cuando todo se viene abajo. ©Historia registrada queda prohibida su copia o plagio.