Narra Jorge.
Abrí los ojos, reconocía el lugar; mi antigua casa.
Las paredes, las ventanas, los muebles, la suavidad de la cama y el calor de las sábanas.
Estaba en parte confundido.
«¿Por qué estoy aquí?»
Me senté en la cama y miré al otro lado.
Mi corazón se aceleró.
Miguel me miraba enojado desde la otra mitad de la cama.
—¿M-Miguel? —pregunté extrañado.
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó.
—¿Eh? —dije confundido.
—¿Por qué me engañaste? —preguntó más enojado.
—¡Yo no te engañé! —le grité.
—Me engañaste, me engañaste, me engañaste —decía una y otra vez.Lentamente se iba acercando a mi, con mirada furiosa y repitiendo lo mismo cada vez más fuerte.
Entonces se arrojó contra mi.
—¡Ah! —grité y me desperté sudando.
Miré al rededor, estaba en la casa de Fer, había sido un sueño.
Suspiré y escuché unos pasos corriendo en el pasillo, entonces la puerta se abrió de golpe.
—¿¡Estás bien!? —preguntó Fer una vez entró.
Estaba en calzoncillos y sin camisa.
—Yo, eh... —tenía el rostro ruborizado.
Él al parecer se percató, sonrió avergonzado y regresó a pasó rápido a su habitación.
Minutos después volvió con una camisa de resaque y unos shorts.
—Ahora sí, jeje, ¿qué pasó? —preguntó.
—Solo fue una pesadilla, nada grave —dije.
—Hmm, ya veo —se quedó pensativo— hoy es domingo, ¿Qué vas a hacer?
—Quiero ir por algunas de mis cosas y a... Hablar con Miguel —dije.
—Uh, ¿Necesitas ayuda? —preguntó.
—Oh no, son cosas que yo debo hacer solo... Ya sabes —sonreí.
—Aparte, con suerte y no está en casa, así podré hacer la mudanza más rápido... Y espero que con eso quede en claro la ruptura.
—Tienes razón —dijo.Ambos nos quedamos ahí callados, hasta que uno de los ruidos peristálticos del estómago de Fer nos interrumpido.
—Alguien tiene hambre —dijo Fer y palmeó su estómago.
—Jajaja, vamos a desayunar —dije.Fer se dió la vuelta y regresó a su habitación.
Yo me levanté y me vestí.
Bajé primero y cuidadosamente revisé de cuánto había en el frigorífico y en las alacenas, extrañamente me sentía con ánimos de cocinar, quería hacerlo, como lo hacía antes.
Sin querer puse una melodía en mi cabeza y comencé a cocinar.
Minutos más tarde me encontraba sirviendo un poco de café en dos tazas, escuché unos ruidos en la escalera; Fer venía bajando.
—Jorge, ¿cocinaste? —preguntó sorprendido.
—Sin querer me puse a hacer todo esto —dije apenado mientras me sentaba.
—Vaya, pues, se ve y huele muy bien —dijo babeando.
—Provecho, jaja —reí para empezar a comer.Recordaba el sabor, mi propio sazón, aquel que había aprendido gracias a mi madre, lo disfrutaba bocado con bocado.
No me sentía tan feliz en semanas.
Bebí un poco del café que me había servido y suspiré.
—Jorge, ¡me encanta el desayuno! —dijo Fer muy feliz.
—¿De verdad?, Jaja —reí.
—Yo sé mucho de cocina, pero tú le pones un toque que no sé, lo cambia todo —dijo.
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It's Time (Furry/Gay)
Fiksi RemajaAveces cuando creemos que nuestra vida no puede ser mejor, es cuando todo se viene abajo. ©Historia registrada queda prohibida su copia o plagio.