—¿Qué mierda es esto? — Richie tomó entre sus manos el «sombrero de baño» que Stanley le había entregado.
—Para mantener las arañas fuera de tu cabello aquí abajo. — el judío pronunció tranquilo, parecía muy seguro con su propio sombrero sobre la cabeza.
—Stanley, no le tenemos miedo a las putas arañas. — tiro a un lado el objeto, cuando su amigo se movió se percató que todos los demás perdedores tenían aquel estúpido sombrero puesto. —Retiró lo dicho.
Eddie de un rápido movimiento se lo quitó, no quería aceptar que temía a las arañas tanto como lo hacía con cualquier animal que pudiera aparecerse en esa insalubre casa subterránea, pero no quería mostrarse temeroso ante Richie.
Últimamente había buscado su aceptación en todo lo que hiciese, y en cierta parte le atemorizaba el porqué de ello.
—Sería la primera vez. — la pelirroja pronunció mientras quitaba el cigarrillo de sus labios.
—Touché.
El de lentes mantenía la vista en su comic, el castaño «quién su reloj marcaban 10 minutos exactos» se acercó a su amigo en la hamaca.
—Hey, Rich. Se acabaron tus 10 minutos.
—¿Qué mierda estás hablando?
—La hamaca. Son 10 minutos para cada uno. Es la regla. — el castaño golpeó sus manos ligeramente desesperado, odiaba que las reglas no se siguieran con estricto orden.
—No veo ninguna señal. — el de lentes divisó a los lados mientras aún sujeta el comic, meciéndose. Le gustaba hacer enojar al menor.
—¿Es en serio? ¿Estás haciendo esto ahora? No, no, no, no. — repitió rápidamente mientras miraba al azabache. —¿Por qué habría una señal cuando lo acordamos?
Eddie lo señalaba malhumorado mientras el de lentes intentaba mostrarse sereno a pesar de que por dentro estaba muriendo de risa y ternura.
—No estuve de acuerdo en nada
—¡Hicimos un trato! — Eddie ya enojado por el comportamiento de su amigo se abalanzó a la hamaca golpeándolo y se acomodó como pudo mientras este protestaba.
—Veo tu vagina.
—10 minutos para todos.
—Me cogí a tu madre.
—No, no lo hiciste.
—¡Para atrás fenómeno!
—¡Jódete!
Se gritaban mutuamente sin descanso.
Siguieron peleando e insultándose uno a otro mientras Eddie se había acomodado por completo en la hamaca junto al mayor, este trataba aún de leer su comic pero el castaño —ya divertido por lograr su cometido— mantenía una pierna atravesando su cuerpo mientras acercaba el pie a su rostro para molestarlo.
Richie estaba sudando de nerviosismo inadvertidamente.
Ben y Beverly se mantenían hablando a una distancia cercana a ellos, por lo cual podían oír su conversación y Richie se interpuso para distraer aquel cosquilleo en su estómago.
—Yo haría eso. Haría cualquier cosa para salir de aquí. — quito el pie de Eddie el cual seguía restregándose en su mejilla.
Eddie seguía muy divertido observándolo, sus amigos seguían conversando respecto a mudarse o seguir juntándose cuando sean adultos, pero el castaño parecía muy sumido en sus propios pensamientos y actos.
Con su pie quito los lentes de su amigo, los lanzó fuera de la hamaca y después lo golpeó de un movimiento rápido. Richie bufó mientras intentaba omitirlo.
—Eres un idiota. — susurró, el menor seguía molestándolo pero ahora golpeando el comic que intentaba leer.
—10 minutos cada uno era la regla, idiota. — rió, logró golpear su comic y cayó a un lado de sus lentes. Richie bufó nuevamente, divisó al castaño risueño y una ligera sonrisa pasó por su rostro hasta que logró sostener su pie y lo lanzó a un lado casi provocando que ambos se dieran vuelta en la hamaca. —¡Mierda! ¡Richie hijo de...!
Richie se le tiro encima mientras le cubría la boca con su mano, Eddie gruñó removiéndose por la incómoda posición mientras el de lentes seguía repitiendo una y otra vez: «jódete, Spaghetti».
Eddie logró que el mayor quitara su mano cuando lo mordió, Richie gritó adolorido.
—¡Hijo de puta! Me la pagarás.
Tomó a Eddie de ambos brazos y se acercó intentando morder uno de ellos, el menor de un rápido movimiento lo golpeó con su rodilla a un costado provocando que cayera de la hamaca en un golpe duro.
Aprovecho esa oportunidad y como todo un velocista, se colocó sus zapatillas y salió corriendo hacia la escalera para salir de la guarida.
—¡Ven aquí, Eddie! Me la pagaras, mierda.
—¡Jódete, bocasucia!
«joder» pensó el de lentes mientras salía tras él.
Los demás perdedores reían contemplando la escena que tenían sus amigos, Beverly apagó el cigarro ya terminado en uno de los troncos del lugar y observó a Richie subir por la escalera mientras insultaba reiteradas veces.
Rió, últimamente sus amigos estaban más peleadores que nunca, y aunque por parte ya estaba acostumbrada a ello, seguía creyendo que esos dos llevaban algo entre manos. Pero no sabía qué.
—Algún día se sacarán los ojos. — Ben mencionó, Stanley asintió mientras acomodaba su gorro.
Afuera de la guarida, corriendo por los barrens iba el hipocondríaco mientras reía. Escuchaba a Richie insultándolo mientras lo seguía, el castaño le señaló su dedo medio y siguió corriendo cuesta arriba por el bosque. Conocía aquel lugar como la palma de sus manos, y sabía que Richie en algún momento se cansaría de estarlo persiguiendo.
Eddie siempre fue más rápido que él.
—¡Joder! Ven aquí, pedazo de gallina. — paro unos segundos mientras tomaba aire, el enano de su amigo era mucho más veloz y aunque podría haberlo dejado atrás hace bastante. Eddie parecía ir más lento de lo normal únicamente para molestarlo y señalarle cuán «lento y estúpido» parecía.
Se quitó los lentes limpiándolos con su polera, escuchó la risa del menor y corrió hacia él con la vaga esperanza de alcanzarlo pero nuevamente no fue así. Llegó al acantilado donde normalmente iban a pasar sus tardes de calor, encontrándose con Eddie de espaldas a él mirando hacia el rió.
Por un momento pensó en gritarle algo, tal vez tomar una roca y lanzársela, pero al percatarse que el castaño parecía muy sumido en sus pensamientos se dispuso a acercarse sigilosamente para empujarlo desde atrás y tomarlo por sorpresa.
Cuando estaba por tocarlo «y a previos segundos de abalanzársele encima» este se dio vuelta sujetándolo por los brazos y tirándolo al suelo. Richie abrió los ojos asombrado, su cabeza golpeó contra la tierra mientras el menor se posicionó encima suyo golpeándolo divertido.
—¡Caíste, maldito idiota!
—Mierda, suéltame.
Richie fortejeo bajo su cuerpo intentando soltarse, Eddie hizo lo mismo que anteriormente él le había hecho y colocó su mano en la boca para que dejara de insultarlo. El de lentes intento morderlo pero el castaño de un veloz movimiento lo pellizco cerca de las costillas haciéndolo gemir adolorido.
—Me cagó en ti, y en tu jodida madre. — soltó una vez Eddie lo dejó libre. El castaño rodó los ojos.
—Estamos a mano, si me haces algo te irá peor para la próxima. — jactó levantándose sobre el cuerpo del mayor, camino en dirección a donde antes habían venido.
Richie suspiro, Eddie nunca solía comportarse tan... «juguetón» y agradeció mentalmente que se haya ido ya que o sino se percataría del notorio sonrojo que poseía sobre sus mejillas
«joder» maldijo.
Cada día Eddie lo sorprendía más.
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𝐋𝐎𝐕(𝐒)𝐄𝐑 | REDDIE
أدب الهواة𝐋𝐎𝐕(𝐒)𝐄𝐑 | ❝ Richie Tozier amaba a Eddie Kaspbrak, y a los 13 años fue capaz de escribirlo sobre el Puente de los besos. Ahora con 16 años, ¿será capaz de por fin confesarle su amor? ❞