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—¡Benny! — la pelirroja pronunció cuando vió a su amigo rubio dentro de la casa subterránea.

—Bev-v. — se sonrojó. —¿Qué haces aquí?

—Venía a matar el tiempo, no tenía nada más que hacer. — le sonrió, se acomodó en la hamaca mientras el rubio intentaba hacer otras cosas para evitar mirarla.

Ben Hanscom llevaba enamorado de ella por más de dos años, y aunque todo el grupo sabía de su amor por la pelirroja, él no hizo nada al respecto porque vió como ella y Bill mantenían una relación algo complicada. Sufrió. Si, lo hizo, y por mucho tiempo sintió un rencor hacia el ojiazul sin desearlo ya su amigo era alguien increíble y no quería odiarlo.

Aún así intento verse fuerte, apoyo a sus amigos ante todo y siempre estuvo al pendiente de la chica que tanto amaba. Fue su hombro para llorar cuando terminó con Bill, y la escuchó cada vez que se encontraba complicada respecto a sus sentimientos.

Apreciaba cada instante con ella, y aunque no era correspondido, sería feliz con tener aunque sea una pizca de su cariño.

Beverly mientras tanto se encontraba complicada, había nuevamente peleado con su padre y sus constantes celos. Desde que ella rompió aquel lavamos en su cabeza, y cuando volvió este estaba como si nada; vendado, creyó que algo muy malo había sucedido. Aún así no mencionó nada a sus amigos, su padre se había comportado como si nada hubiera sucedido y para su sorpresa, la había tratado bien los siguientes días.

Pero no fue lo mismo para los siguientes meses y años. Su padre con el tiempo volvió a ser el mismo controlador que era antes, y aunque ahora ya no poseía el mismo poder sobre la pelirroja y no le alegaba sobre sus amistades, no perdía el tiempo para tratarla mal o decirle cosas que la lastimaban.

Quería cumplir la mayoría de edad para irse de esa ciudad lo antes posible. Y pese a que extrañaría a sus amigos, tenía una pizca de esperanza que siguieran en contacto después que todos se fueran de ahí.

Exhaló, anoche después de llegar de la casa de Stan encontró a su padre dormido, lo había tapado y se había ido a su habitación para dormir. A la mañana siguiente su padre la había retado por «llegar tarde» y aunque ella le explicó que no fue así, y que estaba dormido cuando llegó, el hombre no quebró su posición. Finalmente la pelirroja se fue del edificio con las palabras de su padre retumbándome en la cabeza: «Pequeña zorra, nadie te querrá así».

—Bev. — Ben se acercó a su amiga, le había hablado y ella no le contestó. Parecía perdida en sus pensamientos. —¿Me escuchaste?

Beverly carraspeó, negó mientras miraba a su amigo.

—Lo siento, Ben. ¿Qué habías dicho?

—Si colocó algo de música, está muy silencioso.

Beverly asintió con una sonrisa.

—Si, estaría bien.

El rubio colocó música, había algunos casete que había llevado Richie y una radio que era de la pelirroja. Colocó el casete favorito de su amiga y se sintió satisfecho cuando Beverly comenzó a tararear las canciones mientras movía su cabeza ligeramente haciendo mover su «ahora más largo» cabello.

—Desearía que Richie estuviera aquí, así me daría un cigarro. — bufó.

—Antes era él quien te buscaba por cigarros. — rió el rubio. Beverly asintió.

—Era un molesto, menos mal ahora tiene los suyos.

Ben estuvo de acuerdo.

—Pensé que le gustabas. — susurró. —Ya sabes, por ir detrás tuyo siempre.

𝐋𝐎𝐕(𝐒)𝐄𝐑 | REDDIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora