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—Dulce libertad. — soltó el de lentes en cuanto dio un paso fuera del colegio.

—Faltaste a la última clase. — exclamó el ojiazul haciendo una mueca.

—A mi defensa, seguía dentro de la institución.

Aquel martes después de su almuerzo había decidido ir por un cigarro junto a Beverly atrás de las gradas. Eddie decidió acompañarlos, ya lo había hecho en múltiples ocasiones así que no era extraño para él.

Cuando se hizo la hora la pelirroja se había ido ya que no quería llegar tarde, en cambio Richie había convencido a Eddie que estuvieran unos minutos más para terminar su cigarro, este después de algunas maldiciones y ligeras amenazas de: «si no nos dejan entrar te colgaré en el árbol de mi patio» había accedido.

Igualmente llegaron 10 minutos tarde y el profesor no los había dejado ingresar por lo cual debieron quedarse esperando a sus amigos por dos horas.

El castaño —quien no paraba de exclamar lo enojado que se sentía— terminó tirandose al pasto a observar el cielo. Aún se sentía enojado, pero al percatarse que Richie no hacía más que burlarse de sus alegatos —cosa que era normal— optó por darse a vencer.

Finalmente habían acabado hablando de cosas muy triviales, recordando viejos anécdotas —algunos no tan buenos como otros— e incluso sacando a discusión el casete que le había regalado el mayor hace unos días. Eddie había agradecido nuevamente y le había mencionado que le encantó, realmente tenía buen gusto «a su sorpresa» para la música.

Era la hora de salida, hoy se encontrarían con Mike en los barrens para pasar tiempo. El club de los perdedores siempre se juntaban dentro de la semana.

—¿Faltaron? No me digan que se quedaron detrás de las gradas.

—Ahí solo van personas a fumar o besuquearse, la última vez encontré a Greta Bowie junto a un chico de 3er grado.

—¿Y qué hacías ahí, Bill? Tú no fumas. — el de lentes lo molesto, el ojiazul rápidamente se sonrojó excusándose que se había perdido. —Ajá, y a mi me gustan las pollas.

Los perdedores rieron, Bill no sabía mentir.

—De igual manera, faltaron. — la pelirroja los observó. —Me preguntó por qué.

—Culpa de este idiota. — Eddie bufó. —Llegamos tarde y no nos dejaron entrar.

—Solo eran jodidos 10 minutos, ni siquiera había comenzado la clase. — rodó los ojos. —El Sr. Davidson me tiene envidia porque la Sra. Harrinson me la quiere chupar.

—Beep-Beep. — exclamó Bev con una sonrisa divertida.

—Una mierda, solo era una clase. — dijo desinteresado.

Por otro lado Eddie estaba hecho un lío de enojo, una vez el mayor soltó esas palabras, no pudo evitar hablar con irritación.

—¿Una clase? ¿Sólo una clase?

—Aquí vamos de nuevo. — el mayor exhaló.

—¿De nuevo? ¿En serio? No sé porque te acompaño si siempre pasan estas cosas, podría haber entrado a clases con normalidad. ¡Ahora tendré que colocarme al día! Odio colocarme al día. Ojalá no nos den una nota, mi mamá me matará si se entera que falte a una clase.

Siguió hablando sacando sonrisas en Richie, lo empujó ligeramente mientras hablaba.

—Tranquilo, cariño. Yo he faltado más veces de las cuales tu mamá come en el día, así que no pasará nada.

𝐋𝐎𝐕(𝐒)𝐄𝐑 | REDDIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora