Día 16 (Blood): El cazador

127 24 22
                                    

La policía toma medidas tras los recientes secuestros

El Imperial, 1 de octubre de 1930

Hallado el cadáver drenado de un joven en el bosque

El Imperial, 2 de octubre de 1930

Nuevo cadáver hallado en el bosque, la policía teme la llegada de un asesino en serie

El Imperial, 10 de octubre de 1930

Dobló el periódico con cuidado antes de depositarlo sobre la mesa. Con la misma delicadeza, se limpió los restos del café de los labios. Había encontrado la información que necesitaba después de hablar con los pocos ciudadanos que visitaban la cafetería tan temprano y su tiempo de descanso había terminado. Abandonó el local tras pagar su consumición, despidiéndose con educación. Mientras descendía por la calle, ajustó las solapas de su traje y se arregló el sombrero torcido por culpa del viento. Debía encontrar el lugar de los hechos antes de que la policía llegase a la escena del crimen. No apreciaría su presencia a pesar de ser el único capaz de solucionar el problema de la ciudad.

—Estaría bien que dejases de seguirme entre las sombras —Informó a la calle vacía. Su mirada se paseó por cada callejón que encontraba a su paso, tratando de encontrar al ingenuo que creía poder atraparle desprevenido—. ¿Sabes? Es de mala educación no presentarte.

—Seungcheol me dijo que vendrías —La voz provino de su derecha, pero el hombre tardó unos segundos en aparecer. Había cortado su pelo como correspondía en los hombres de la época y el traje se ajustaba a su cuerpo, hecho a medida y de la mejor calidad—. Soy Jeonghan, el guardián de la ciudad. No ocurre nada sin que yo lo sepa —Le tendió una mano suave, sin rastro de marcas del arduo trabajo que había estado haciendo durante años. Su fama le precedía y sabía que podía competir con él en cuanto edad.

— Debes ser un guardián pésimo si has dejado que un asesino en serie ande suelto por la ciudad —Apretó su mano con respeto, sorprendido del contraste que hacía la palidez de su piel con la del hechicero. Se arregló las mangas mientras le dedicaba una mirada apreciativa—. Aunque eres increíblemente guapo, no me importaría si me enseñases la ciudad cuando haga el trabajo que nadie quiere hacer —Le guiñó el ojo con el descaro de quien sabía como actuar.

— Estoy tratando de hacerme cargo, por eso estás aquí —Su sonrisa fue como un golpe. Había caído en la trampa—. Un vampiro no será encontrado si no quiere, ni siquiera puedo hacerlo con mi magia. Tú en cambio... —Metió las manos en los bolsillos y apoyó el peso en una pierna cómodamente.

— Seungcheol no fue una casualidad ¿Verdad? Lo enviaste tú —Entrecerró los ojos sospechando de cada uno de sus actos.

El joven rio sin contestar y comenzó a andar por la calle. El único signo que dio de querer ser seguido fue la mirada que le dirigió, asegurándose de que iba justo detrás de él. Se relamió los labios al notar la vena en su cuello, podía sentir la magia que circulaba por su sangre, casi podía saborearla. Había estado viajando durante demasiado tiempo y a penas había sido capaz de buscar sustento. ¿Recuperaría parte de su vitalidad si le mordía? El hechicero, consciente de la mirada hambrienta sobre él, se limitó a sonreírle.

— Te daré lo que necesitas y también podrás probar la sangre de alguien encantado —Le comunicó como si leyese sus pensamientos—. Pero antes debes encontrarnos al vampiro ¿Harás que traerte aquí desde Londres merezca la pena, Ren?

— Nunca se me escapan y deberías saberlo si te has tomado tantas molestias —Su sonrisa podría haber sido más orgullosa de lo que pretendía, pero le encantaba alardear cuando los poderosos le buscaban.

Historias de una ciudad (Fictober 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora