Capítulo 16

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—Shall we dance?

—Es el horario de almuerzo, ¿por qué haríamos algo como eso?

Levante mis hombros en señal de que no había explicación alguna.

Pasar tiempo con el castaño de mal humor no era igual de divertido como acostumbraba.

—Traje un omelette junto a una ensalada. —comenté abriendo mi lonchera. Sin ninguna palabra por parte del contrario, comencé a comer.

Nos encontrábamos en la terraza, de algún modo había encontrado su escondite gracias a la gran detective Mitsuki. Al preguntarle si se me permitía acompañarlo a partir de entonces sólo asintió, y aquí estamos.

—El otro día vi un dorama, quedó claro que el personaje secundario es el de los mejores sentimientos, pero ¿con quién se quedan todas? El protagonista de mala actitud. —la cantidad de aficiones de Mitsu aumentaban cada día, esta era la semana de los dramas asiáticos.

—Nadie elige de quien enamorarse. —coloqué un tomate cherry en mi boca para escuchar los fundamentos de mi amiga.

—Sería genial poder hacer algo como eso, tener a las protagonistas frente a frente y decirles: ¿ves a ese chico? Estuvo a tu lado en los momentos más difíciles, te apoyó en tus decisiones y siempre te amó... sus sentimientos eran tan evidentes... —el delegado observó con curiosidad a la que hablaba. —Odio los doramas, no volveré a ver ninguno en lo que queda de mi vida. —Dictando sus últimas palabras agarró bruscamente porciones de su comida para acabárselas en cuestión de segundos.

Aplaudí viendo tal acto, más la princesa frente a nosotras no parecía entender a lo que ella se refería.

Una vez finalizado el almuerzo nos levantamos para ir cada uno a nuestro respectivo salón, clases aburridas más el espacio libre de historia que me esperaba para dormir pacíficamente, la agenda de hoy era bastante tranquila.

A punto de regresar a casa Mitsuki me detuvo de forma extraña.

—¿Qué sucede?

—Cúbreme hoy, ¿quieres?

Era raro que la gran delegada de notas altas quisiese faltar a sus deberes, más no imposible, el único motivo factible podría ser...

—¡Es mi aniversario! —sonrió de forma extraña tomándome por los hombros.

—Felicidades, deberías ir rápido a la sala del consejo para salir antes y poder celebrarlo como Dios manda. —ahora era yo quien sonreía.

—Haru, por favor. —negué con la cabeza. —Te compraré un sándwich.

—Disfruta enteramente la fortuna de poder estar enamorada de tu queridísima alma gemela. ―finalizando aquellas palabras se fue al encuentro con su amado.

Lo que debía hacer sería completar el seguimiento de la clase y contar los ausentes. Le mandé un mensaje a Nana diciendo que hoy tenía cosas que hacer por lo que no me iría con él, luego procedí a sacar la carpeta del escritorio del profesor donde registraría la información del día.

Revisando los nombres me di cuenta de que realmente conocía a menos de la mitad de la clase, memorizar caras no era mi dote; así que empecé a ver como se supone debía escribir lo visto hoy en clase.

Comencé la redacción de eso estoy segura, pero cuando exactamente me dormí es un raro misterio digno del FBI.

Shinomiya Hayato

"Bitácora de Haru, 7:30 pm. Día soleado, parcialmente nublado.

Las clases fueron aburridas, tanto así que no hay palabras que alcancen a describir su abrumadora aburrición.

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