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Capítulo 25

❝ Nanashima Nozomu ❞

—¿Chocolates?

—¡Exacto! El día de mañana será San Valentín, una perfecta ocasión para regalar chocolates al ser amado, Haru a Mutsumi, Kirari a quien desee, vos a Serinuma, y yo a mi novio.

—Pero ¿por qué en mi casa?

—En mi familia somos demasiados, y la cocina de Haru es un poco... escasa.

—No estoy seguro de...

—Sería una pena que te negaras, Haru esperaba hacer chocolates para ti también, Nanashima-senpai. —en forma de súplica la chica frente a mí se limpió lágrimas falsas de sus ojos.

Chocolates de Namakemono.

—Está bien.

[...]

Esperaba en la salida a que ambas chicas salieran para irme a casa con ellas, siendo acompañado por Igarashi parecía que el tiempo pasaba con rapidez y lentitud a la vez.

—Entonces, harán chocolates.

—Si, estoy acostumbrado a hacerlos con Kirari cada año, así que será fácil ayudarlas con ello. —comenté. —Además, tendré una dulce recompensa de Haru. —recordando el hecho de que recibiría chocolates de alguien valioso no pude evitar sonreír. Incluso siendo chocolates de amistad me siento emocionado.

Mirándome algo dudoso, el peliverde preguntó. —Nana, ¿eres consciente de que a Tsuyoshi le gusta Mutsumi-senpai?

—Lo soy.

Estaba algo sorprendido por su pregunta, fui de los primeros que se enteraron y hasta donde sabía los únicos, entonces ¿por qué él sabía algo como eso? Y más aún, ¿por qué razón mencionarlo en este momento? Que a ella le gustara alguien no significa que no pueda ser feliz por recibir algo de su parte, después de todo es mi mejor amiga.

Rascando su nuca y con deseos de decir algo más, Igarashi dirigió su vista a los casilleros. —Y también está eso. —señalando a la chica de pelo corto junto a Shinomiya, volvió a mirarme, esta vez más serio que antes. —Parece gustarle.

—No, no. Tú mismo lo dijiste, a ella le gusta alguien más. —negando con la cabeza volví a revisar la situación. —A veces eres demasiado perceptivo, pero aún si a él le gusta no cambiará nada; incluso si se declarara, ella no es el tipo de chica que saldría con alguien por simple lastima.

—Eso es cierto, sin embargo, los sentimientos cambian y cuando eso suceda no será por lastima.

—Aunque me digas eso no entiendo a qué quieres llegar, si le gusta alguien o no, si sale con alguien o no, mientras no le suceda algo malo todo estará bien.

—Si así piensas no me meteré más.

—Nananananananana. —a unos pasos de nosotros apareció el rey de Roma, o la reina quizá. —Mitsu tiene que hacer unas cosas, dijo que después irá directo a tu casa.

—¿Qué harán? —el pequeño chico preguntó.

—Chocolates por San Valentín. —respondió la chica a su lado algo entusiasmada.

—¿Puedo acompañarlos?

—Por mí no hay problema. —observando a Igarashi, continuó. —¿A senpai le gustaría venir también?

—No, gracias. Prefiero comprarlos a hacerlos. —como si estuviera comunicándose a través de la mirada con la castaña, empezaron un corto acto extraño. —Te advierto que no dejaré pasar cualquier tipo de acto pecaminoso en mi ausencia.