Capítulo 27

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Koharu Tsuyoshi

—Es un genio. ¿Cómo no lo pensé antes?

—Eres tonta, por eso. —comentó la pequeña con naturalidad comiendo un par de galletas.

—Haré como que no me dolió.

Pedí un par de consejos amorosos a la gran Kirari-sama, por lo que nos encontramos en su habitación leyendo mangas. El primero que agarré era "Risouteki Boyfriend", senpai sería un buen novio o eso es lo que creo; leyendo un par de tomos llegué a uno en el que se celebraría el día de San Valentín, entonces lo vi, el genio revolucionario que cambiaría mi vida, Tani.

Dado que no era un chico popular se paró en la entrada con su mochila abierta pidiendo chocolates a cualquier persona que pasara, lo importante no era de quien los recibía sino la cantidad.

Chocolates gratis.

[...]

El último timbre y el más importante, era momento de salir de clases.

Me apresuré en ser la primera en salir, usualmente suelo ser de las últimas en abandonar el salón, pero este era un asunto de suma importancia.

Coloqué mi mochila frente a mi pecho, abrí el cierre del compartimiento más grande, me coloqué a un lado de la puerta y conforme alumnos salían les pedía chocolates que les hayan sobrado. Hasta el momento tenía más de quince dulces, no eran grandes tan solo eran pequeñas bolsas, sin embargo, eso bastaba para sentirme satisfecha.

Dirigí mi vista al pequeño castaño que caminaba al lado de Mitsuki, tal parece salían de una reunión pues sostenía una carpeta en mano mientras hablaba con la ya nombrada. Al percatarse de mi presencia se acercó algo dudoso.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —consultó guardando el objeto en sus manos dentro de su mochila.

—Recolección de chocolates. —agité mi mochila. —Te di un chocolate en San Valentín, espero mi chocolate en este día blanco.

—Ah, ¿sí? —sonriendo de forma pícara mi gran amiga dio ligeros codazos a su compañero de labor, provocando que se avergonzara un poco.

—Ten, no son la gran cosa, los compré camino aquí porque tenía un poco de hambre. —soltó la pequeña caja dentro de mi bolso, para irse rápidamente. Mitsu, por su parte, se despidió de mí dejando tres caramelos y deseándome suerte con mi importante misión.

A la distancia Ta-chan hablaba con sus amigos, cruzando su mirada con la mía rio un poco, dejo 30 yenes en mi mochila y se fue como si nada. No eran chocolates, pero no me quejo.

Seguían los de segundo año, entre ellos Nanashima, Igarashi y Serinuma-senpai.

—¿Debería darte uno? En San Valentín ya te di algo, pero... ¡Ah! Creo que tengo algunos. —el rubio se puso en cuclillas y revolvió en su bolso hasta sacar pequeñas cajitas con dibujos y frases. —¿Cuál te gusta? —preguntó mostrándomelas, señale una que decía "el chocolate es la respuesta, no importa la pregunta", la dejó dentro junto a una más con las palabras "eres el mejor padre del mundo". ¿Por qué? Ni idea, a lo mejor soy buen padre y nunca lo supe.

El peliverde, en cambio, me dio unos pequeños chocolates comerciales de diversos rellenos, siempre los amé, pero era difícil encontrarlos o al menos yo no lograba encontrarlos, aunque siendo honesta no es que haya buscado mucho. Lo miré durante una fracción de segundos provocando que sonriera levemente e imité su acción en respuesta.

La pelimorada coloco una oblea de chocolate que había comprado, dijo que compró unas cinco ya que estaban en oferta y se alegraba de poder darme una, es una linda senpai.

⋕⠀♡̶⠀Apariencia⠀⇉⠀⸂⠀Watashi ga Motete Dousunda!❜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora