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Capítulo 28

❝ Koharu Tsuyoshi ❞

—¿Mi signo zodiacal?

Toqué los botones correspondientes para recibir una bolsa de papas fritas de la máquina expendedora y agachándome, tomé el valioso alimento con mis manos.

Dicen que con el paso del tiempo se conoce a alguien de mejor manera, claro que esto no aplica si hablamos del chico sonrojos, cada día que pasa tiende a actuar más y más extraño. Por lo visto, hoy el interrogatorio sería realizado por el siempre confiable: delegado.

—Bueno, eso es porque... —quedó pensante por un par de segundos. —El consejo estudiantil desea ampliar la información de los estudiantes, en caso de imprevistos necesitamos estos datos. —con una sonrisa en rostro volteó el cuaderno el cual antes prohibía que mirase, señalando con su portaminas el cuestionario.

—K. —a su mirada de confusión, agregué. —Hay una "k" en el margen. Oh, al lado hay un "+" y una "s". K + S.

Velozmente cerró el cuaderno ocultándolo tras de sí, su mirada se enfocó en el piso mientras comenzaba a emanar el rubor en sus mejillas. Lo atrapé.

Recuerdo que Mitsuki solía hacer lo mismo en su cuaderno al momento de salir con su novio, sé que algunas personas también suelen colocar el nombre de quien les gusta en la goma de borrar, pienso que es lindo, mas no lo haría porque alguien podría descubrirlo.

"K" de Kae, "S" de Shinomiya.

Reí levemente, provocando que el castaño se quejara. —¡Solo responde mi pregunta!

—Oye, tranquilo viejo. —sacudí levemente mis prendas reincorporándome para terminar de pie. —Soy Tauro. —abrí la bolsa de papas fritas en mano y tomé unas cuantas. Delicioso.

Nuevamente abrió el cuaderno anotando dentro de éste lo dicho, terminando con ello observó fijamente sus palabras escritas. —Eso significa que tu cumpleaños será dentro de poco.

—Quién sabe. —comenté. Tras escuchar el timbre, cerré la bolsa de papas y me despedí de él con un ademán de mano.

Es esa época de año, cumpliré 17 años, un paso más cerca de ser legal.

Ya en el aula pasaron unos minutos para que llegara el profesor de inglés. A sus palabras inentendibles solo me limitaba a asentir, no diría que posee una mala metodología de enseñanza, por algo Mitsu lo entiende, aunque en lo personal me resulta más fácil aprender idiomas escuchando canciones en lugar de prestando atención en clase.

Observé de reojo a la delegada del salón, se encontraba concentrada tomando notas de lo que el adulto decía, resaltaba partes del libro y usaba diversos colores, admiraba el esfuerzo que hacía en sus apuntes, en mi caso a duras penas usaba colores para subrayar los títulos.

Horas pasaron junto a varios cambios de profesores, era momento de regresar a casa, la noche anterior no había logrado dormir bien, así que añoraba reencontrarme con mi adorada cama y caer rendida ante el cansancio.

—¿Tenes sueño? —preguntó el rubio a mi lado tras verme bostezar a lo que asentí.

—Solo quiero llegar a casa y dormir. —froté levemente mis ojos. Mi vista se nubló un par de segundos para luego volver a enfocar cual cámara.

—Primero cenar, segundo descansar.

—Hablando de cenar necesito comprar una sopita instantánea para esta noche, ¿me acompañas?

—¡Eso no es comida! —objetó. —Cocina algo, no es bueno cenar comida super procesada.

—Lo haría si tuviese las ganas y la habilidad, pero no poseo ninguna de ellas.