Apenas entré a la habitación Gustavo saltó sobre mí y llenó de preguntas.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Qué hicieron? ¿Dónde fueron? ¿la besaste? ¿Le dijiste lo que sentías por ella?
- Cálmate – le dije apartando su cara de mí.
El pudo ver mi semblante de tristeza.
- Parece que no salió como esperabas.
- Fue una hermosa tarde – respondí – solo que... olvídalo no importa.
- A ver contame.
Hice una pausa y agregué.
- Visitamos el museo de esculturas de Luis Perlotti, después fuimos a comer algo por ahí, y pasamos al parque a conversar luego de eso la acompañé hasta su casa.
- No está nada mal, entonces ¿por qué estás triste?
- Cuando estábamos conversando en el parque le habló el chico que le gusta.
La cara de Gustavo se desencajó.
- Dejate de joder – dijo con una risa nerviosa.
- Es enserio.
- Mierda – musitó dándome un abrazo – tranquilo hay otras chicas... ya llegará la indicada.
No respondí nada.
- Vení conmigo y los muchachos nos iremos de juerga, podes conocer otras chicas y distraerte.
- Gracia, pero paso. No quiero conocer a nadie. Ninguna otra me evoca los sentimientos que tengo por ella.
- Esta bien y ¿Qué harás?
- No lo sé solo quiero dormir.
Mi amigo salió de la habitación y se dirigió al bar donde había acordado reunirse con los muchachos. Yo por mi parte me recosté en la cama y comencé a leer "Noche oscura del cuerpo" de Jorge Eduardo Eielson. Quería despejar mi mente un rato y el mejor escape a la realidad que tengo desde pequeño son los libros. Luego de leer por un largo rato el sueño me invadió, decidí sacar los audífonos del bolsillo de mi pantalón, conectarlos al teléfono y escuchar música antes de dormir. Al igual que el otro día dejé que sonara en aleatorio.
"Radio Ga Ga" me alegro bastante la noche. Al cabo de un rato ya estaba cantando "You had your time, you had the power You've yet to have your finest hour Radio (radio) All we hear is radio ga ga Radio goo goo Radio ga ga All we hear is radio ga ga Radio blah blah Radio, what's new? Radio, someone still loves you"
Y así se me fue el resto de la noche. De Queen pasé a Bon Jovi y luego a The Beatles, de vez en cuando caía en Jimmy Fontana o Nino Bravo. En medio de todo eso me quedé dormido.
Desperté al rato después, adolorido debido a la posición incómoda en la que estaba durmiendo. No había ni rastros de Gustavo y es que claro no había pasado más allá de treinta minutos, la música aun sonaba. Quité los audífonos me puse pijama y volví a quedarme dormido.
Me sumergí en un profundo y hermoso sueño, en todo lo que había vivido durante el día. La oía hablar y reír. La veía admirar las esculturas de Perlotti. Era todo tan bello, tan real. No quería que se acabara.
El despertar fue lento y tortuoso, sentí como el pecho se me apretaba al darme cuenta de mi realidad.
Gustavo venía entrando con una botella de Gatorade y una mirada perdida.
- ¿Estuvo buena la fiesta?
- Te lo he dicho antes, pero nunca más bebo. Esta vez es definitiva. ¿tú cómo estás?
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Un puñado de historias
AcakUn tipo que tiene un sueño extraño y siempre despierta en el mismo punto, una chica que debe cuidar a unos niños y suceden cosas extrañas en la casa, un par de amigas que viven una aparición demoníaca, una extraña experiencia jugando al GTA San Andr...