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Todo el mundo dice que la universidad es una época inolvidable en la que haces los mejores amigos de tu vida y en la que te formas como persona. Y la verdad es que la idea de irme de casa por primera vez y comenzar una vida nueva en el campus me intimida y me emociona a partes iguales. Me llamo Leo, este año cumplo los 18 y estoy a punto de comenzar mis estudios en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Puede que sea la ilusión del primer año y que luego me desencante de todo, pero estoy realmente motivado con el plan de estudios y...me gustaría dar lo mejor de mí. Esforzarme al máximo, conseguir buenas calificaciones, graduarme y encontrar un trabajo en el ámbito deportivo, que ha sido mi pasión desde la adolescencia: deportes de equipo, gimnasio, running...realmente me gusta todo.
Supongo que es cosa de familia; mis padres siempre trataron de que mi hermana y yo nos mantuviéramos activos y saludables, y cada año nos animaban a participar en todo tipo de actividades extraescolares. Ahora ella tiene un trabajo a jornada parcial como socorrista mientras finaliza sus estudios de postgrado en nutrición y yo...espero ser tan guay como ella, la verdad.
Llegué a la residencia a primera hora de la mañana, recogí las llaves de mi habitación y la persona encargada me explicó brevemente cómo llegar hasta allí. Lo ideal hubiera sido llegar una semana antes como la mayoría de alumnos y asistir a uno de esos «tours guiados» por la residencia y el campus que hacían los estudiantes de cursos superiores para ganar algunos créditos extra, pero este año nuestras vacaciones familiares de primavera se habían alargado un poco más de lo habitual y había tenido que dejarlo todo para el último día.
Abrí la puerta con cuidado y me di cuenta de que mi compañero ya estaba en el cuarto...y de hecho estaba durmiendo. No podía ver su cara porque estaba pegado a la pared, pero me sentí fatal por haber venido tan temprano, así que traté de no despertarle, ya tendríamos tiempo para presentarnos luego. Dejé mis cosas sobre la cama y escribí una nota con mi nombre y mi número de teléfono diciéndole que era su nuevo compañero antes de salir de allí.
Primer obstáculo superado.
La presentación en el aula magna para los nuevos alumnos era ese mismo día, pero aún quedaban un par de horas hasta que se celebrara, así que me decidí a dar una vuelta por el campus. Las instalaciones deportivas al aire libre (pista de atletismo, campo de fútbol, etc.) eran increíbles, y cada facultad me parecía más impresionante que la anterior. Me decidí a entrar a mi edificio y vi a varias personas arremolinadas frente a la puerta de secretaría para hacer trámites y a un par de estudiantes observando unos carteles, así que me acerqué para ver de qué se trataba.
¡Eran los horarios, yo pensé que nos los entregarían tras la presentación! Di un par de pasos rápidos en busca de los de mi curso y...había un chico allí.
No conocía a nadie de mi carrera (todos mis amigos habían escogido otras opciones u otros centros) así que realmente quería hablarle, pero mi timidez no me dejó. ¡Es difícil lanzarse con estas cosas, yo no querría que un extraño se pusiera a sacarme conversación de repente, hay muchas posibilidades de que se convierta en una situación incómoda! Así que simplemente me quedé detrás de él observando los horarios, aprovechando nuestra diferencia de altura.
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Blue Lagoon
FanfictionTodo el mundo dice que la universidad es una época inolvidable en la que haces los mejores amigos de tu vida y en la que te formas como persona. Pero hay muchas cosas que nadie te cuenta. *** 零[Hz] (zero hz) / マチルダ (mathilda) / Codomo Dragon / Kiryu...