Una sonrisa puede iluminar los lugares más oscuros.
Steve Maraboli
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Y ahí estaba él una vez más.
Oculto al doblar la esquina, observando a lo lejos a la chica que hacía que su corazón latiera sin control.
Aún se sentía extraño por aquellos sentimientos que le dominaban la mayor parte del tiempo que estaba a su lado, nunca se había sentido así por alguien.
Nunca había tenido tal necesidad de estar cerca y tan pendiente de una persona, ni siquiera con Nezuko y basta con decir que el aprecio que tenía a su hermana era demasiado, siendo así no existía palabra que describiera lo que sentía por la castaña que en ese momento hacía flexiones a la sombra de un árbol.
Estaba preocupado por la chica, recién habían vuelto de una misión y tanto ella como los demás -incluyendole - se encontraban heridos.
Mientras todos descansaban y se recuperaban, ella entrenaba, sabía bien el objetivo de la chica, pero creía que ese estaba exigiendo demasiado.
Para cuando lo notó, el sol ya se había ocultado y había apartado la mirada de la chica durante un par de minutos, para cuando quiso localizarla se dió cuenta de que ya no estaba haciendo flexiones - En realidad no estaba por ningún lado -.
Se puso de pie - Pues hacía rato se había sentado - con la intensión de buscarle, pero antes, algo le detuvo.
_____: ¿Qué haces aquí, Tanjirō? - cuestionó confundida - Llevas varios minutos aquí, ¿No?
Tanjirō: Eh...¿Cómo lo sabes? - cuestionó retrocediendo un poco.
_____: Hace minutos que estoy detrás de ti, tan distraído estabas que ni siquiera me has notado - le miró divertida y entonces sucedió aquello que hace que sus sentidos se alteren y su corazón y cerebro se vuelvan lentos a su lado.
Ella sonrió.
_____: ¿En qué pensabas? - le preguntó.
Tanjirō: Yo...en nada, solo vigilaba que no te dañarás o exigieras de más entrenando, estás muy herida...- respondío mientras apartaba la mirada avergonzado por haber sido descubierto en el sitio, nunca le había pasado, nunca se había distraído de tal manera.
_____: Oh, yo estoy bien, puedo moverme libremente y hacer todo lo que me plazca - alzó los brazos para estirarse un poco, pero se sorprendió cuando escuchó un leve crugido por parte de sus huesos - De acuerdo, talvez eso no está bien - confesó.
Miró al chico de cabello color Borgoña actuando algo extraño, ¿Dónde estaba la sonrisa que solía adornar su rostro? Decidió acercarse un poco a él.
_____: Tanjirō...¿Sucede algo? - le miró extrañada.
Tanjirō: No, nada, todo está bien, perfectamente - rió un poco, la chica suspiró aliviada.
_____: Que bien, pensé que algo sucedía contigo, digo, siempre estás sonriendo y verte tan pensativo es extraño, por lo general solo piensas tanto cuando algo sucede o no sabes cómo lidiar con algún problema - confesó ella - Me es extraño no ver tu sonrisa, siempre llevas una...y si tú no sonríes yo...tampoco lo hago.
El miró a la castaña confundido por sus palabras.
_____: Has pasado por mucho y aún así eres capaz de sonreír de una manera tan genuina, si tú qué has vivido tan malos momentos, no eres capaz de sonreír, ¿Porqué yo sí?
Tanjirō: Tu puedes ser capaz de sonreír - comenzó a decir - Porque estás conforme con la vida que llevas, porque te gusta ser como eres, porque no le temes a nada.
_____: ¿Sabes? No estoy conforme con mi vida, me ha arrebatado muchas cosas, familia, amigos, infancia, pero a pesar de todo trató de disfrutar cada momento como si fuera el último, me gustó cómo soy porque así debo ser, Si no me quiero a mí misma, nadie será capaz de quererme y con respecto a no temerle a nada, eso es porque he pasado por todo, he tenido que enfrentar todos mis temores para llegar hasta este punto, hay tantos factores que han influido en mi actitud, por ello soy quien soy...- alzó su mano y la llevó hasta el hombro del chico - Y tú eres un factor importante en mi vida.
Tanjirō: ¿Yo? - sus mejillas se colorearon de rojo un poco.
_____: Por supuesto, verte a ti y a tu hermana me da esperanza, me hace tener la certeza de que todo cambiará y el peligro se acabará, que todos viviremos felices y sin peligros, por ello te pido Tanjirō - puso su mano libre en su otro hombro - Que no te des por vencido, porque yo estaré siempre ahí para levantarte cada que caigas o estés por hacerlo, pase lo que pase, no dejes que la sonrisa que adorna tu rostro desaparezca.
Tanjirō: No lo hará mientras tú estés conmigo - expresó - Tu también eres un factor importante en mi vida, haces que mi corazón se acelere cada que sonríes, mis cerebro no piensa cuando te miró y nunca se que decirte cuando me alagas, mis sentidos dejan de funcionar cuando pienso en tí, mi mente pasea por las nubes cuando escucha tu voz - llevó sus manos hasta el lugar donde reposaban las tuyas y las tomó acercándolas a su pecho y tirando un poco de tí en el proceso - ¡Me gustas! ¡Por favor, por lo que más quieras, no te vayas de mi lado!
_____: Tanjirō, eres lo que más quiero.
No esperó a nada y la besó.
