Oh, mi pequeño Jhon, eres joven aún.
Cogí un cuchillo de la cocina y me encamine a la habitación de mis padres, ellos estaban ya muy dormidos en su cama, la razón de ello es qué llegaron a las cuatro de la madrugada por su ridícula conferencia, aún usan sus zapatos del trabajo.
— Oh querida mamá, mi linda mamá, nunca fuiste a mi recital de danza en octavo grado —el cuchillo fue a dar directamente a su corazón—, tampoco fuiste a mi obra de teatro, estaba actuando Hamlet, tú favorito —la apuñale de nuevo—, jamás me consolaste cuando tuve las peores pesadillas —enterré el cuchillo en su tráquea—, los del colegio siempre se han burlado de mí, ¿Dónde has estado cuando más te eh necesitado? —Regresé a su corazón—, ¿Para qué me has dado la vida —apuñale su vientre con irá—, si no estarás aquí para verla pasar?
Las lágrimas empezaron a brotar sin que yo sintiese el ardor que siempre sentía al llorar cada noche por sentirme tan sola. Sin amor.
Mamá no se ha movido, esta tiesa por completo.Papá ya hace en el lugar izquierdo de la cama roncando como siempre, acostado boca arriba.
— Papá —levante el cuchillo—, me dijiste que me querías pero —le rebane la garganta— mierdas te valió.
Papá empezó a gemir, dudo que me allá visto, estaba en plena oscuridad.
Termine de rebanar su garganta y él calló. Me volví a los pies de la cama viéndolos a ambos en su primer y último baño de sangre.
— Jamás me dieron una oportunidad de amarme.
Salí de su habitación y vi a Jhon despierto viendo "¡Oye, Arnold!" Extraño esas caricaturas de antes.
— ¿Qué estás haciendo, Jhon? —le pregunté escondiendo el cuchillo tras de mí y sentándome en su cama.
— Es mi programa favorito. —responde el.
— Deberías estar durmiendo.
Ríe— Tú igual.
— Sí.
El silencio invadió la habitación a excepción de la televisión, ninguno hablaba. Jhon rompió primero el silencio.
— Me siento muy sólo. —confesó.
— Sí, yo también me siento así. —le respondí.
— A veces no quisiera vivir, mamá y papá nunca están. —podía escuchar su voz lentamente quebrándose.
— Lo sé. —le dije pensativo.
— ¿Llegaron ya? Quisiera su beso de buenas noches. —envió su vista hacia mí con una ligera sonrisa.
— Sí —le respondí—, pero se han vuelto a ir —no quiero que sufras Jhon— para siempre.
— ¿A qué te refieres? —vi sus ojos tristes y muy asustados.
Jhon, lo lamento.
— ¿Qué le pasó a mamá y papá? —me levante acercándome a él.
— ¿A sí que deseas morir, Jhon? —él se levantó de la cama corriendo a la esquina de la habitación. — Es tú día de suerte...
Lentamente me acerqué a él, el pobre Jhon no tenía escape.— ¡Detente por favor! —sus lágrimas empezaron a brotar con rapidez de sus ojos.
— No quiero que sigas sufriendo, pero, hoy estas de suerte.
— ¡Mamá! —gritó. Pobre, pobre Jhon— ¡Papá!
— Ellos no te escuchan, Jhon—le respondí en voz baja. Levanté en lo alto el cuchillo con el que apuñale a mis padres, aún con su sangré en el.
— ¡Mamá! —volvió a gritar.
— Lo siento Jhon, es por tú bien.
— ¡No!
Una vez, otra vez y otra vez lo apuñale.
Oh pequeño Jhon que con soló siete años deseó morir.
ESTÁS LEYENDO
Mi primer homicidio ©
Mystery / ThrillerTodo mundo tenemos demonios sedientos de sangre.