Era joven aun la noche, todo salía como lo habíamos planeado. La joven estaba muerta.
Como era de esperarse, su madre aún estaba despierta, seguramente esperando a su esposo, podíamos escuchar como los trastes chocaban entre sí, seguramente está cocinando para su ahora difunto esposo. Hasta donde sabemos, el señor Everglot tenía dos hijos, la joven, y un pequeño de tres años, veamos cómo termina esto.
— Viejo —suelta Carter—, mi chaqueta se llenó de sangre.
Bufó— ¿Acaso eres idiota? —Susurro— ya le había roto el cráneo. No era necesario tu estúpido mazo.
— Igual ya estaba muerta. —a veces, su gran ego y su descaro me hacen querer matarlo.
Juntos con mucho sigilo salimos de la habitación para llegar a la cocina donde la hacían los ruidos, lo que nos sorprendió al ver entre las sombras era que el pequeño niño estaba sentado en la mesa viendo con atención como su madre cocinaba. Sus pies no estaban cercas de tocar el piso.
— Conor —grito Carter en susurro asintiendo al pequeño—, ¿qué aremos con él?
Me quede pensativo al ver como tomaba un crayón viejo color azul ya verdaderamente gastado posicionándolo sobre un trozo de papel, creo que es porque es su color favorito. El balanceaba sus piernas de enfrente a atrás, sus pequeños pies apenas llegaban a la mitad de la silla.
Cuando por fin me decidí—Seguiremos el plan. —masculle a Carter quien no dejaba de verme con cara de “No me jodas”. Quizá esto va a ser muy duro, pero solo es un trabajo. La señora quien estaba en la estufa por alguna razón se acercó al pequeño y lo abrazo, supongo que iba a llevarlo a dormir.
— Es hora. —afirme.
Juntos salimos hacía ellos, lo primero que vi hacer a la mujer fue abrazar al pequeño y gritar “¡Todo está bien, Dylan!”. Por más que intente separarlos, la mujer no soltaba a su pequeño, asentí hacía Conor y él le dio con el mazo a la espalda de la mujer quien inmediatamente cayo gritando de rodillas al suelo, él volvió a golpear a la mujer, el pequeño Dylan lloriqueaba y gritaba junto a su madre. Conor volvió a rematar. La mujer ya hacia jadeando escupiendo sangre, nunca soltó a su pequeño, entonces fue cuando Conor cambio de posición y entonces golpeo con fuerzas, Dylan dejo correr una fuente de sangre de su boca junto con un grito infernal, entonces supe que era mi turno. Tome mi hacha y comencé a darle con ella a la espalda de la mujer mientras Conor volvía a golpear a Dylan. Después de unos minutos, todo estaba salpicado en sangre, nuestros rostros estaban llenos de ello y esos dos cadáveres que ya hacían en el suelo, no podíamos ni si quiera afirmar o negar que en realidad ella era la esposa del señor Everglot y él su hijo, el pequeño Dylan, gracias a que también a Conor se le ocurrió golpearles su cabeza casi al final, bueno, no podíamos reconocerlos.
En un par de días después de esa noche escuchamos en las noticias que habían encontrado los cuatro cadáveres de la familia Everglot, no quería faltar a su funeral, verdaderamente los hijos pudieron haber llegado a tener una mejor vida sin sus padres pero las cosas están hechas. Asistimos a su funeral en esa misma tarde, tiramos los puñados de tierra que se requerían en sus tumbas y le dimos el pésame a su familia, pero la cosa es que en realidad, “solo son negocios”.
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Mi primer homicidio ©
Tajemnica / ThrillerTodo mundo tenemos demonios sedientos de sangre.