Capítulo 7 - Will Ford

732 45 27
                                    

Todo esta borroso, no logro diferenciar nada.

¿Dónde estoy?

— Solo escucha con atención —¿Qué mierda fué eso? Alguien me esta hablando—, quieren matarte.

¡Carajo!— ¿Porqué? —grité a esa voz.

— Porque somos únicos.— susurró.

Mi vista poco a poco se aclaro, vi paredes color blanco crema sin nada en ellas, también un triste y solitario foco en medio del techo pero, ¿Qué son estas? Intento moverme pero no puedo.

Una vez con mi vista clara veo mis pies y manos, estoy asegurado por unas muy gruesas cintas cafés. ¡Carajo, son cinchos!

¿Qué esta pasando?

— ¿Tienes miedo? —de nuevo la voz, pero, ¿Dónde se encuentra?

— ¿Por qué no puedo salir de aquí? —pregunto forcejeando para liberarme de esta especie de camilla... Esperen, acabo de darme cuenta que no llevó mi ropa normal si no ropa azul bebé, una tipo toga.

— ¿Asustado? —me dice la Voz.

— ¿Tu lo provocaste? ¡Sácame de aquí, sácame! —forcejeo los cinchos— ¡Sácame!

— No podemos escapar de esta, Will.

Escuché a la voz reírse.

— ¿Porqué estoy aquí?

— Porque fuimos malos. —me respondió.

— ¿Qué pasó? —pregunte viendo de un lado al otro hasta que vi unos cables colgando de la pared. Lo único que vi.

— ¿No lo recuerdas?

— ¿No es obvio, imbécil?

La voz bufó y luego respondió serenandoce— Matamos a Camille.

— ¿Camille? —pregunté, no tenia ni idea de quien era Camille, esperen, ¿Dijo "matamos?— ¿Qué quieres decir con eso?

Una risa burlona escapo de él— Vaya, vaya, esto si que es triste —escuche cierto tono de ingenuidad y obviamente su toque de burla—, el señor Ford no recuerda a su propia hija.

¿Hija?

— La mataste, Will, mataste a tú hija y por eso estas aqui. Tu esposa a entrado vestida como enfermera aquí hace un rato y te a dado una dosis de pastillas las cuales no tardan en hacer efecto. Te suicidaras con esos cables, de eso no hay duda.

Esposa...

Hija...

...

Hija.

Cables...

¡Ahora recuerdo!

Camille solo tiene seis meses, mi hermosa bebé, se parece a su madre. Madre. 

Madre...

Camille no deja de llorar, ¿qué estoy haciendo? El trabajo es estresante. 
Deja ya de llorar Camille que papi esta trabajando. Camille, mi amor, ya no llores mas.

 — Hija mía... ya no llores —le dije pero ella seguía llorando, su madre aun no sale de bañarse, necesito que salga ya.

Camille, mi amor, ya no llores mas. Camille deja de llorar.

Camille.

Camille..

— ¡Camille, bebé, ya basta!

No logró concentrarme con el trabajo, las cuentas me salen mal, dos veces, tres mas y no me resultan. 

Camille debe dejar de llorar ya.

Fui al garaje por un serrucho. Al regresar a casa a donde Camille estaba, mi bebé, mi hermosa bebé estaba roja de tanto llorar, aun le salían lágrimas y respiraba con dificultad, balbuceaba por seguir llorando de una forma muy pausada. Bebé Camille, perdóname, papito te ama.

Maté a mi bebé.

— Es cierto... —las lágrimas brotaban de mis ojos como corriente de ríos rápidos— Mi bebé...

— Ahora la medicina empezara a hacer su efecto —me dijo esa voz.

— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo has sabido todo esto? —no pude contenerlo mas, lo dije forzando mi voz a no romperse— ¿Quién eres?

— Tampoco me recuerdas, lo se, hace años que no hablamos.

— ¿Años? 

— Yo te ayudaba cuando eras solo un pequeño mocoso que no sabía que hacer. Siempre eh estado contigo, jamás me fui —me sorprendió mucho su respuesta y luego recordé esa reabilitación que papá me obligo a tomar—, te eh observado siempre. 

— Creí que ya no volverías —las lágrimas seguían saliendo mas rápido aun, toda mi vida se ah ido al carajo.

— Solo me mantuve callado todos estos años.— su tono de burla desapareció completamente, sabia que lo decía enserio porque el si me mantuvo a salvo todos estos años. A sido el único amigo que e tenido.

— Es hora de irnos, Will. 

La medicina. La medicina empezó a hacer su efecto, pude sacar mis muñecas de los cinchos una vez que deje de forcejear. Alguien las aflojo antes de irse. 
Desamarre los cinchos de mis tobillos para liberarme. Cables. Podría solamente salir de la puerta o...

Empecé a anudar con cuidado los cables. Podré ahorcarme

— ¿Listo Will? —voz, amiga mía.

— Listo. —afirmé.

— Es tiempo. 

— Camille, linda, papá irá contigo... esta vez te cuidaré mejor mi bebé. Papá te ama. —una última lágrima salió de mi ojo derecho- Ojalá y puedas perdonarme Camille linda...

Los cables en mi cuello son... muy fríos, la electricidad... electricidad. 

Cables. Cables. Cables fríos.

 Adiós.

Mi primer homicidio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora