21: Música

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Sus finos dedos se movían sobre las blancas teclas como si bailaran sobre ellas y así sacaban bellos sonidos que parecían leves cantos de algún ángel. 

Milo adoraba sentarse al lado de aquel gran instrumento y escuchar atentamente a su mamá todo el tiempo que se pasaba creando aquellas melodías, tanto propias como ajenas.

Hacía ya bastante tiempo que su madre no se ponía a realizar esa actividad y eso lo tuvo un tiempo bastante triste, pero esa mañana, Calvera había pedido ayuda para bajar al salón, pues tenía un último pendiente allí. El pequeño rubio no podía más de la alegría cuando se dio cuenta de que su mamá se había sentado frente al piano y con calma, comenzaba a acariciar cada tecla, antes de comenzar a tocar.

-Cuando me vuelva a sentir mejor, te juro que volveré a bajar y tocaré de nuevo, esta pieza para ti, mi niño.

El pequeño le dio una enorme sonrisa y la abrazó con fuerza, confiado de esas últimas palabras.

Pero Calvera se sintió muy mal unos días más tarde, mucho más mal de lo que regularmente venía sintiéndose, sentimiento que empeoró cuando se dio cuenta de que ya no había nada que hacer y por ende, nunca podría cumplirle esa última promesa a su pequeño gran amor. 

Al menos no en esa vida.

*

*

De un día para otro, a su esposo se le ocurrió sacar el piano de la bodega y ponerlo en el mismo lugar en que tenía recuerdo, estaba donde le gustaba jugar en su infancia. Al principio no entendía bien el porque de esa decisión y, poniendo toda la sinceridad sobre la mesa, seguía sin entender. 

Era el décimo día después de esa situación, pero nada había cambiado, él seguía bajo el umbral de la puerta mientras veía como Milo tocaba tecla tras tecla, sin un orden preciso, pero con total desproligidad. 

-¿Qué se supone que estás haciendo?

-¿Eh? Ah, hola amor.- Respondió ignorando la pregunta.

-¿Por qué sacaste el piano si no sabes tocarlo?

-Mi mamá sabía. Esto era de ella y bueno...

-Pero ella estudió sobre ese asunto. Tú ni siquiera sabes tocar bien un timbre.

El griego solo lo miró con algo de molestia, pero se desvaneció todo malestar cuando su adoración pelirroja, le apoyó su cabeza en el hombro y tocó por si mismo algunas teclas, sacando unos sonidos más bonitos y armoniosos de lo que su esposo le sacaba. 

-A los instrumentos debes sacarles sonrisas y bellezas, no lágrimas y dolor.

-Es que no se nada de esto. Lord Belier me preguntó si quería aprender algo de música, cuando era pequeño, pero decidí no hacer nada...

-Y ahora te arrepientes un poco, verdad?

Milo soló guardó silencio, pero dejó escapar un suspiro. Él aún extrañaba a su madre y esa canción era recurrente en sus sueños, últimamente, por lo que quería revivirla en más que un sueño, pero jamás había estudiado música y, si bien Camus sabía algo, no era lo suficiente como para reproducir aquella melodía. 

-Ya podrás volver a oírla. De alguna forma u otra, podremos traer de regreso ese sonido.

Se regalaron una sonrisa mutua, seguido de un dulce beso.

-Vamos a dormir, ya es algo tarde.

No dijo nada, solo tomó la mano del galo y lo siguió a la habitación.

*

*

Era entrada la madrugada y allí volvía ese sueño, pero esta vez era mucho, demasiado más real. Esta vez, podía sentir ese sonido más allá afuera de su alma. Su piel, su cuerpo, todos sus sentidos estaban siendo testigos directos de algo muy real, que le hacía doler en la misma medida en que lo hacía feliz.

No quería dejar de soñarlo, pero el repetitivo toque de Camus en su espalda acabó por desvelarlo y algo desorientado se incorporó en la cama. Iba a cuestionarle el porque de esa acción, pero rápidamente comprendió.

Salió de la cama en menos de lo que tardó en dejar salir un suspiro y bajó las escaleras con mucha más premura, dándose cuenta de que Camus y él no eran los únicos que habían sido despertados por aquella música. 

Llegó a la recepción del salón y tuvo que contener sus lágrimas. 

Hacía varias semanas que habían llevado a la pequeña Calvera a ver a varios neurólogos, porque la niña, algunas veces, se despertaba a mitad de la noche y se ponía a hacer cosas que no eran propias de ella, sobre todo a una hora tan tarde. Ellos estában bastante preocupados, pero los especialista les dijeron que no era nada extraño, que la niña solo era sonámbula y no había nada de que preocuparse. También les dijeron que no era peligroso, porque lo único que hacía la niña era sentarse en el sillón, con su pequeño Oreo y allí se quedaba largos ratos antes de que alguien la hallara y la regresara con cuidado a su cuarto, o ella lo hacía por sus propios medios, así que debían dejar sus preocupaciones definitivamente, que nada malo le pasaría y que con el tiempo, dejaría de tener estos episodios.

Los mayores aceptaron eso y solo se preocupaban por ayudarla a regresar a su cama cuando la encontraban en el salón, pero esta vez, fue todo muy diferente.

Calvera estaba dormida, se notaba en su mirada perdida y sus ojitos medios cerrados, pero sus dedos se movían con agilidad sobre el blanco marfil.

La piel se les erizó aún más cuando tan repentinamente comenzó a tocar, dejó de hacerlo y aún mirando a la nada, dejó salir las palabras más increíbles, pero también las más dulces y esperadas por el rubio.

-Te dije que cuando me sintiera mejor, volvería a tocar para ti.

Las lágrimas comenzaron a caer y Camus abrazó al heleno mientras Shaina se llevaba a su hija de regreso al cuarto.

Lo último que había hecho su mamá por él, era tocar el piano y ahora confirmaba lo que todos creían y se daban el permiso para bromear.

Su madre se había transformado en su hija en esta vida y se lo demostraba de la manera más dulce e íntima, que ellos adoraban compartir.

A través de una canción suave, creada en ese mismo lugar y con ese mismo piano. 

*

*

*

¡Holissss! 

Esto era de ayer, pero tenía que trabajar temprano hoy y no tuve tiempo de editar nada ni escribir algo nuevo.

Veré si puedo subir la palabra de hoy en un rato, si no, se las debo y habrá doble actualización mañana, si o si. 😄

La palabra siguiente es "Sospecha"

¡Besos! ¡Las quiero!

PD: Si hay alguien de Chile que me lee, les mando mucha fuerza, muchos besos y abrazos. Son un pueblo increíble por resistir esto que están pasando y pelear para que deje de suceder tanta injusticia. Se que saldrán mucho más que victoriosos de todo esto.
Ojalá y en mí país fueran un poco como ustedes y se levantarán contra tanta injusticia que tenemos que vivir diariamente.

¡Adorarles! 💖💖🇨🇱💞💞

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