Por años me dediqué a estar enamorada del amor. La sola idea de tener una oportunidad con otro ser humano era inconcebible, negable y sin precedentes.
Por años, sellé mis sentimientos de papel, yacían en una esquina oscura de mi mente, aunque mi corazón palpitante rogaba extasiante de más. Más sangre, más vida, más hipérboles y fábulas escritas.
Hasta que te vi.
Lo que nunca te dije, fue el amor. Me cegó, en cada fibra de mi cuerpo corría la dopamina. Me hizo sentirme viva, valiente y voraz; capaz era de hacer cualquier acción. Pelear contra mi mente en un encuentro de espadas filosas metálicas, o denunciar mi autoridad en contra de tal enemigo, vestido de inocencia y ella, pintada de rojo sin palabra.
Lo que nunca te dije, cuánto te amé. Llegué al éxtasis absoluto en el mencionar de tu nombre, nada más existía. Chopin tocaba armónicamente mientras la danza en la lluvia cubría nuestro pesar, jamás imaginé un día así.
La culpa golpea mis entrañas así como las tuyas, Vaivén de emociones en el tren del pensar, y el pesar.
Nunca lo diré. Hermosos años melancólicos, errores de gran magnitud en cuanto ordeno los ojos que me ven con lástima. Mea culpa, mea culpa.
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« Mundos distintos y amarillos » POEMARIO
ŞiirNo es como cualquier historia, esta es especial. Sin pensarlo, me abrí al mundo lleno de posibilidades infinitas y tés de color naranja. Una filtración de cada susurro hecho por mi cabeza. Consciencias distintas, más que mi yo altruista y pesimista...