❤️Padres.❤️

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Kata.

Cuando Lady Tsunade se entere que la misión que nos envió a hacer se complicó, nos matará, y aún más cuando de digamos que por aquella explosión viajamos como veinte años al pasado.

— ¡Naruto! — Grité mientras ambos caemos tras recibir un ataque de aquella marioneta.

Sujete a Naruto de su ropa y lo arroje a un lugar seguro.

— ¡Kata— chan! — Cai al suelo dando un par de vueltas recibiendo más daño.

Quedé tendida en el suelo observando como aquella marioneta se dirige a Sara. Naruto estaba al lado del cuarto y crearon un Rasengan cada uno para después combinarlo así haciendo uno solo.

— ¿Estás bien? — Una mujer se puso frente a mi ayudándome a poner de pie.

La observé, su cabello es castaño, como el mío y sus ojos... Son de color verde.

— ¿Que sucede? — Abrí de más los ojos al ver a un chico de cabello plata con una máscara. — ¿Estás bien?

— S-Sí. — Ambos se miraron y ella le sonrió.

— Debes ser la amiga de ese sujeto. — Murmuró. — Parece que has tenido que enfrentarte a todos esos títeres. — La chica me observó con una sonrisa enorme.

— Con ayuda de mi amigo. — Asintió.

— Kakashi, debemos ayudar a mi hermano. — Señaló con la mirada al cuarto.

— Tienes razón, Mitzuki. — Mis ojos se abrieron de más.

¿Mi madre es hermana del cuarto?

— Está chica se parece a ti. — Dijo Kakashi acercándose a mi rostro.

— ¿Eh? Tienes razón, pero también se parece a ti. — Acercó su rostro.

— ¡Tengo que ayudar! — Me aleje de ellos dirigiendome a dónde se encuentra Naruto.

— Tenemos que dejar a la vista su punto débil. — Dijo el Cuarto.

— Yo me encargo. — Cerré mi puño y corri a la marioneta. — ¡Aquí voy! — Di un salto e impacte mi puño contra el pecho de la marioneta.

Me alejé un poco y observé como dejaba a la vista a Mukade.

— ¡Ahora Naruto! — Le avisó el cuarto.

Naruto corrió en dirección a la marioneta con ese Rasengan cubriendo su cuerpo. El cuarto se puso a mi lado observando a Naruto y entonces mi amigo logró atacar a Mukade, pero Mukade estaba por golpear a Naruto con la cola de su marioneta.

Aparecí frente a Naruto y lo lleve lejos.

— Bien hecho, Naruto. — Le sonreí.

Mukade comenzó a acercarse a dónde está Sara pero explotó la marioneta destruyendose un poco más, comenzó a caer por el vacío y una explosión más grande se provocó. Nos acercamos al pasillo pero comenzó a destruirse.

— ¡Sara! — Le llamé para que corriera más rápido.

Corri a ella sujetando su brazo para que no cayera, pero como el suelo se estaba destruyendo me caí, fui sujetada.

— ¡Kata-chan! — Naruto me miró mientras me sujeta del brazo. — No te soltaré.

— Cuidado. — Dijo el cuarto corriendo a nosotros.

Y los cuatro comenzamos a caer. De pronto madera nos rodeo y nos llevó al centro del lugar y llegó Yamato con Kakashi y Mitzuki.

— Ay, lo logré a tiempo. — Soltó un suspiro mientras limpia su frente.

El lugar comenzó a temblar y un par de rocas caían del techo.

— El Kunai que te di, dámelo. — Naruto le dió el Kunai al cuarto y esté se dirigió al Ryuumyaku.

El cuarto enterró la Kunai en el Ryuumyaku y lo selló. De pronto mi cuerpo comenzó a brillar y el de Naruto y Yamato también.

— ¿Que pasa? — Pregunté.

— Cuando Mukade murió, el sello se arregló. Es tiempo que todo vuelva a la normalidad. — Explico el cuarto. — Es momento de que regresen a su época. Kakashi, parece que cumpliste bien con tu misión, igual que tú, Mitzuki.

— También salve a esta persona de Konoha. Estaba holgazaneando al frente de las puertas... — Señaló a Yamato quien lo golpeó en la cabeza.

— ¡Yamato! — Lo regañé.

— ¿Kakashi-sensei? ¡Kata-chan es tu padre! — Kakashi se sorprendió y me miró para después observar a Mitzuki.

— Yo... — Los observé. — Me gusta verlos juntos. — Observé a mi madre. — Me alegra conocerte. — Me acerque a ella y la abracé. — Te quiero.

— ¿Eh? — Ella se sorprendió, pero me abrazó. — Me alegra saber que mi hija es una gran Kunoichi.

Me separé de ella sintiendo un nudo en mi garganta.

— Lo mejor será borrar los recuerdos para no cambiar la historia. — Sugirió el cuarto. — Borraré los recuerdos de todos, ¿De acuerdo?

— ¡Espera un momento! — Lo detuvo Naruto. — Antes dijiste que tendríamos una plática.

— Sí, pero no ahora. Estoy seguro que nos encontraremos de nuevo. — Respondió con calma.

— ¡No! ¡Dijiste que tenías algo que decirme! ¡Si no me lo dices ahora no tendrás otra oportunidad! — Rogó mi amigo.

— Un día, estoy seguro que lo sabrás. — Observé a Naruto triste, se lo que le quiere decir. — ¡Mentsu! — Tocó el suelo, me acerque a Naruto colocando mi mano en su hombro.

— Es posible que tú seas...

— Si llego a tener un hijo... Deseo que se convierta en un ninja como tu... Hijo. — Naruto apretó los puños y sus ojos se llenaron de lágrimas al igual que los míos.

Nuestros cuerpos se iluminaron más y entonces todo se volvió borroso.

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Abrí los ojos al sentir como me movían, solté un pequeño grito al ver el rostro de Sakura frente al mío.

— Oye, no es una manera de despertar a las personas. — Naruto soltó una risita por mi comentario. — ¿Que pasó? No recuerdo nada.

— Quisiera saber eso. — Dijo Sai mientras observa el sello.

— Sera mejor volver a la aldea. — Avisó Yamato.

— Sí. — Murmuré.

Naruto me ayudó a poner de pie y comenzamos a dirigirnos a la salida.

— Espero que Ero-Sennin haya despertado ya. — Solté un suspiro.

— Lo mismo espero. — Le sonreí. — Por cierto, volviendo debemos de ir de compras, ¡No tienes nada en casa!

— ¿Eh? Pero tengo ramen.

— No solo debes comer ramen. — Lo regañe mientras me cruzó de brazos.

SAY YOU LOVE ME. (Neji Hyuuga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora