𝐆𝐚𝐭𝐢𝐭𝐚 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll] (Sin editar)

Capítulo 5 |Intrusa.

|Para bien o mal, todo es una enseñanza|

—¿Qué opinas de esta presentación, Mitsu? —Preguntó algo ansioso tras culminar su coreografía del Gran Saiyaman.

—¡Genial! —Exclamó con alegría la minina, aplaudiéndole—. ¡Genial, amo!

Ella ya había aprendido a hablar más fluido en el lapso de un mes y medio; aunque titubeaba con palabras difíciles de pronunciar. Aún así, entendía muy rápido.
Según los artículos científicos que Gohan había leído, comprendió que los híbridos, tras cumplir un año de edad, iban alentando su crecimiento; lo genes que actuaban al inicio de su vida eran felinos, después seguían los humanos. En esos momentos, la minina tenía casi los siete meses y la apariencia de una niña de diez años, lo que terminaba de afirmar las investigaciones.

Era sorprendente ver el desarrollo tan rápido de la felina.

—Ya te he repetido que me llames Gohan, no amo —regañó suavemente, resoplando con un toque divertido.

—Está bien, a..., ¡digo! Gohan —se interrumpió rápidamente, riendo nerviosa y rascándose la nuca. El tic se le había contagiado tras verlo continuamente entre los varones Son.

—Bueno. ¿Crees que deba usar esos movimientos de ahora en adelante?

—¡Nya! —Afirmó contenta, asintiendo con su cabeza de manera efusiva. Pese a todo, ella seguía usando sus maullidos de vez en cuando; era un hábito que nunca iba a perder.

Gohan soltó una risita y después apretó el botón de su reloj para volver a su ropa normal, todo ante la mirada maravillada de Mitsuki; se le hacía sorprendente verlo cambiarse de ropa repentinamente con ese artilugio raro que siempre traía en su muñeca.

—Ven, Mitsu. Vamos a ayudar a mamá con la cena.

—¡Sip!

El primogénito de los Son abrió la puerta del cuarto y se dirigieron a la cocina. Tras entrar y decirle a Milk en qué podían ayudar, comenzaron a arreglar la mesa y colocar los platos junto al jugo que tomarían.
Mitsuki estaba acostumbrada a esos labores ya que la matriarca, desde mese atrás, le había estado inculcando los labores del hogar —aquello era método para que la gatita no se aburriera tanto—. ¡Incluso le estaba enseñando a cocinar muchas comidas deliciosas! Aunque lo que más le encantaba era cuando mandaban a Goku por pescado y este traía uno enorme; ¡era realmente delicioso!