𝐆𝐚𝐭𝐢𝐭𝐚 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll] (Sin editar)

Capítulo 10 |Celo.

|Entre más lo evites, más fuerte llegará|

Los días habían pasado con tranquilidad desde lo que había ocurrido en el evento pirotécnico. O, por lo menos, esa era la perspectiva de Mitsuki; Gohan, por el contrario, era un manojo de emociones ya que comenzó a percatarse de que algo había cambiado, algo que, por más que lo intentara, no podía pasarlo de desapercibido. Y era molesto.
¿Por qué se ponía nervioso con la presencia de la gatita? ¿Por qué le causaba incomodidad cada que ella lo recibía con un abrazo? ¿Por qué aquellos pensamientos no deseados seguían apareciendo, por más que los evitara? ¡¿Por qué?!

¡Era Mitsuki! ¡Su gatita! ¡La que lo cautivó con su ternura e inocencia! ¡Que ya tuviera la apariencia de una chica de diecisiete no cambiaba nada! ¡No debía cambiar nada! Mas sin embargo..., esa extraña y culpable sensación estaba instalada en su pecho, haciéndole dudar de todos sus principios. Se negaba a aceptar que aquel sentir se apoderara de él.
Tal vez era una etapa que superaría rápidamente... ¡Sí, eso debía ser! No podría haber otra explicación aceptable.

Sin más, se limitó a soltar un suspiro al tiempo que revolvía su cabello, demostrando la frustración que lo embargaba. El tema lo tenía mal.
Siseó por lo bajo al ver la página en blanco de su libro de cálculo; no había contestado nada ya que no lograba centrarse apropiadamente.
Lo único que lo mantenía relativamente tranquilo era saber que, tras varios intentos fallidos, logró persuadir a Mitsuki para que esta durmiera aparte —más específicamente, en el cuarto de Goten—, con la excusa de que uns nueva época exámenes estaba próxima.

Realmente lo agradecía. Últimamente dormir con ella alteraba su sistema, pero, sobre todo, el verdadero causante era que la minina seguía yéndose a dormir con una simple playera holgada y su ropa interior. No usaba nada más que esas dos prendas.

—¡Gohan, Gohan! —Y, para su desgracia, hizo acto de presencia la chica que estaba invadiendo sus pensamientos. Mitsuki tenía entre sus brazos una almohada y una cobija con estampados de huellitas... y eso no era nada bueno—. ¿Puedo dormir contigo? Tuve una pesadilla.