𝐆𝐚𝐭𝐢𝐭𝐚 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll] (Sin editar)

Capítulo 14 |Sexualidad.

Gohan se sentó en la cama de forma adormilada, soltando un bostezo perezoso, reaccionó hasta que escuchó un murmullo a su lado al tanto que sentía cómo un brazo se aferraba a su cintura. Miró a su costado y halló a Mitsuki allí, durmiendo pacíficamente abrazada a él, y no pudo evitar enternecerse al ver su aspecto: ella estaba con una de sus camisetas holgadas, con la cobija enredada de manera desordenada en sus pies y cuerpo, con su cabello un poco revuelto y con la boca entreabierta. Había olvidado lo tranquilo que se sentía cuando despertaba y la veía a su lado con ese toque inocente e infantil; hacía ya semanas que no dormían juntos, y si lo hacían, Mitsuki a veces se levantaba antes o él andaba apresurado y no podía admirarla de esa forma como en esos momentos hacía.

No sabía qué horas eran, pero no estaba tan preocupado ya que era sábado; podía dormir unas horas extras. Volvió a observar cómo ella daba un pequeño maullido y lo buscaba, y realmente no pudo evitar que una sensación cálida se apoderara de su pecho. Se preguntó internamente la hora en que se había quedado dormido: solo recordaba que él y su gatita habían bajado a cenar rato después de que hablaran y se resolviera todo, que se había puesto un rato a estudiar en la noche y que Mitsuki se había ido a dormir, pero ya no más.
Sintió lástima de sí mismo porque sabía que debía levantarse e ir al baño, y ya no podría estar con ella por los deberes que tenían ambos.
Hizo el amago de incorporarse, pero la voz de Mitsuki lo interrumpió.

—No te vayas... —murmuró y abrió sus gatunos ojos verdes mientras se sentaba de manera somnolienta, no coordinando bien ya que apenas despertaba—. Quiero seguir durmiendo.

—Puedes seguir durmiendo, Mitsu, no hay ningún problema, pero yo tengo que levantarme —comentó Gohan y acercó su mano para acariciar las orejas gatunas de ella, escuchando cómo comenzaba a ronronear y pegaba más su cabeza a la mano de él, dando a entender que no se detuviera. Era una de las cosas que más le gustaba hacer, era relajante oír sus ronroneos.

—¡No! Quiero seguir durmiendo contigo —aclaró la felina con voz infantil, abrazándose a él y recargando su cabeza en el hombro. Ella escuchó (gracias a la posición en la que estaba) cómo el pulso de él se aceleraba súbitamente, y sintió que ese sonido la estaba volviendo a dormir. Le gustaba.

—Bien, volvamos a dormir entonces —se rindió Gohan con un sonrisa entre enternecida y divertida. Cómo adoraba a esa gatita.

Sin más, se volvió a acostar y le tendió su brazo a Mitsuki para que lo usara de almohada, y la híbrida no dudó para acomodarse allí de lado y pegarse a su amo en un abrazo, y también echó su pierna encima de las de él, sintiéndose cómoda y cálida en esa posición. Posiblemente Gohan se iba a sentir entumido con el rato por estar de esa manera, pero no le importaba: la sonrisa de Mitsuki lo valía.

Valía eso y muchísimo más para él.

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La siesta que supuestamente iban a tener, terminó aplazándose más de lo que Gohan tenía contemplado, pero Mitsuki lo cubrió diciéndole a Milk (porque la matriarca había ido a despertarlos y regañarlos de paso) que él se había desvelado estudiando. Y les creyó; la gatita casi nunca mentía, pero lo había hecho por su amo.
Así que él estaba en su habitación estudiando realmente esta vez —habían almorzado previamente, por supuesto—, y Mitsuki estaba acostada en la cama boca arriba mientras leía un manga, el cual Gohan le había regalado hacía unas semanas antes.