Capítulo 6 |Rechazo.

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|Hay días buenos y otros... no tanto|

 no tanto|

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Mitsuki, quien ya tenía ocho meses de edad y la apariencia de una niña de doce años, estaba entretenida terminando escribir la mejor carta y dibujo del mundo, según su perspectiva infantil

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Mitsuki, quien ya tenía ocho meses de edad y la apariencia de una niña de doce años, estaba entretenida terminando escribir la mejor carta y dibujo del mundo, según su perspectiva infantil. Su escritura todavía no era muy buena, pero realmente había hecho su mayor esfuerzo para que quedara legible. ¡Incluso se los había enseñado a Trunks y Goten, y estos le dijeron que le quedó bien! Eso la animaba más.
Como no sabía cómo darle las gracias a su amo por todo lo que él había hecho por ella en todos esos meses, lo único que se le ocurrió fue hacerle ese detalle. ¡Hasta estaba planeando ir a pescar por su cuenta para asar el pescado como su papá Goku le había enseñado!

Sí, de tanto que oía a Gohan y Goten decirles mamá y papá a Milk y Goku, se le contagió llamarles de dicha forma, gesto que no les disgustaba a los adultos. Es más, les emocionaba que la pequeña los viera de esa manera.

La ya pre-adolescente miró su obra de arte y sonrió ilusión, no queriendo esperar hasta entrada la noche para dárselo a su amo. El hijo mayor Son le había dicho que ese día, domingo, lo iba a dedicar enteramente a estudiar porque los exámenes empezaban el lunes, por lo que no iba a tener mucho tiempo para dedicárselo a ella. La felina no lo había molestado durante toda la mañana por andar ocupada jugando con Trunks y Goten y, a su vez, haciendo el regalo, pero no le hacía mal a nadie que fuera un par de minutos para enseñárselo...

¿Verdad?

Guardó sus colores y de más cosas en la lapicera, después cogió las hojas donde había puesto todo su esfuerzo y corrió a la habitación que compartía con Gohan.
En realidad, Milk, en incontables veces, había intentado que ella durmiera en el cuarto de Goten, pero la minina siempre hallaba la forma de filtrarse en la cama de Gohan por las noches, así que la matriarca terminó por resignarse y le dejó dormir donde ella quisiera; después de todo, sabía de antemano que Mitsuki tenía la tendencia de obedecer más al de mechón en la frente que a otro miembro de la familia. Eso daba a suponer que, pese a que le tuviese cariño a todos los Son, era Gohan quien poseía las preferencias de Mitsuki.

Y vaya que era cierto.

La gatita abrió precipitadamente la puerta, haciendo escándalo por azotarla, y se echó encima de la espalda de Gohan, quien estaba sentado en su escritorio con un libro de cálculo integral, totalmente centrado en eso. Ella no le tomó importancia a la petición de él, pues no creía que su amo se enojaría consigo o algo similar. Gohan no solía reprenderla ya que era mayormente tranquila, simplemente le decía lo que estaba mal y bien en las pocas veces que la felina había hecho cosas incorrectas, pero no tenía la necesidad de reprenderla ya que esta siempre le obedecía.

—¡Mira, mira, mira, mira! —Canturreó con emoción la chiquilla, brincándole encima de forma animada.

—Mitsu, no hagas eso. Estás siendo muy brusca —reclamó, haciendo hincapié en que esta le estaba encajando las uñas.

—Es que... ¡mira! —Reiteró mientras sacaba la hoja del dibujo y trataba de mostrarla, aún sin perder su sonrisa.

—Mitsuki, te dije claramente que hoy no tengo tiempo para ti —reprendió el chico entre dientes, algo estresado ya que llevaba un considerable tiempo tratando de resolver una operación de cálculo integral.

—Pero, mira, no te voy a quitar tiempo, ¡te lo prometo!

—¡Mitsuki, no es no! No tengo tiempo ahora. Ve a enseñárselo a alguien más —Ordenó con más frustración encima, no pudiendo evitar mirarla con cierto enojo.

La felina solo lo observó con algo de sorpresa y dolor, y bajó el dibujo al igual que sus orejas y cola, sintiéndose despreciada. ¿Acaso ella no era importante? ¿Por qué le estaba gritando si ella no había hecho nada malo? Incluso cuando tiró accidentalmente un jarrón en la sala, no le había reprendido, entonces, ¿por qué, justo cuando quería darle un detalle, sí? ¿Tal vez ya no le importaba a su amo? Solo quería un par de minutos para que Gohan viera el esmero que puso para agradecerle por todo, nada más, pero, al parecer, a él no le importaba.

—Lo siento... —susurró Mitsuki cabizbaja, apretando con fuerza las hojas que traía en manos, y salió de allí en completo silencio.

Sin más, se echó a correr hacia el patio, no queriendo que nadie la viera  ser débil ni queriendo volver a molestar a otro humano. No paró hasta llegar al río donde su amo siempre la llevaba a pescar y comían manzanas recién cortadas.
Por no fijarse bien al tener la vista nublada (causa de las lágrimas que intentaba retener) se tropezó y raspó una de sus rodillas y un codo, pero no le tomó importancia. Terminó por recargarse en un árbol de allí y abrazarse a sí misma.

Desde que estaba en su antigua casa, nadie le había gritado ni visto con molestia... hasta ese momento.

¿Acaso su amo ya se había cansado de ella? ¿Había hecho algo malo anteriormente? ¿O tanto le molestó que quisiera ir a enseñarle algo? ¿También él la iba a botar a la calle como lo hicieron sus primeros amos? ¿Tan fácilmente podría ser considerada una molestia?
Miró las hojas arrugadas que aún traía en manos y las tiró al río sin pensarlo tanto, viendo de forma ida cómo estas se iban deshaciendo mientras eran llevadas por la corriente.
Se sentía herida. ¿Acaso todos los humanos eran iguales al final?

Ya decía ella que todo parecía demasiado perfecto como para ser verdad...

Ya decía ella que todo parecía demasiado perfecto como para ser verdad

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-Lindassj1

𝐆𝐚𝐭𝐢𝐭𝐚 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora