Asimilado a Belén

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Desperté y lo primero que noté fue que estaba en mi trabajo. Efectivamente ya era hora de estar ahí pero la duda es.

- ¿Como demonios llegue aquí si no tenía el control de mi vida?.

Todo era muy extraño, era como si yo mismo hubiera hecho todo, pues tenía el mismo peinado y manera de vestir.

Tarde muchos en entender que era lo que pasaba, es más todavía no tengo del todo claro.

Continué con mi rutina de trabajo, en ese momento intente buscar a Belén en las redes sociales pero no encontré nada. Pensé que Talvez tenía sus redes en privado para que no le molesten. Lo que me llamaba la atención era la cantidad de seguidores, en ese momento no tenía idea cuál era la razón, pues me limité a ver muy pocas fotos.

Aquella hermosa mujer debería tener abiertas las redes para tantos seguidores, eran dudas que me hacían creer que no estábamos en el mismo mundo. El resto de la noche me pasé estudiando de qué demonios se trataba lo que iba a exponer en la U.

Llegue a casa y lo único que quería era regresar a la vida de Belén. Me tomé una pastilla que compré en la venida y me quedé dormido al instante.

- Mi amor - despierta - Sonaba la puerta.

- Recuerda que ya es hora de ir a la universidad para tu presentación.

Me levante, y me di cuenta que estaba igual como me dejé antes de irme. Al parecer Belén no tuvo acción en mi ausencia.

Frente a mi estaba aquel vestido que el día de ayer me había probado frente a la mamá de Belén. Lo mire por un momento intentando asimilar o que estaba a punto de hacer. La ropa que llevaba ayer aunque era dominguera me hacía sentir muy incómodo y observado.

Mire nuevamente aquellos carteles que estaban pegados en aquella habitación para asimilar lo que era usar ropa femenina. Mire las imágenes y no tardé mucho en darme cuenta que la la mujer que posaba en ellas era Belén, es decir era yo. Mientras escribo esto tengo la libertad de decir eso pero en ese momento era aquella chica llamada Belén.

Me quedé frío al mirar la hermosa mujer que era Belén, me quedé frío al no haber asimilado el cuerpo de exuberante mujer.

Belén era mas alta que el promedio gracias a sus largas piernas , sus curvas y atributos eran únicas entre un millón haciendo que para mi, un hombre común sea un momento de suerte cursar camino con esa persona. Yo siempre fui gordo y podía sentir la ligereza de aquel delgado cuerpoz

Mi respiración comenzó a agitarse, pues su presencia en las fotografías y espejos me comenzó a poner nervioso. Era como estar cerca de una hermosa mujer y no saber que hacer. No sabía porque antes no había asimilado su cuerpo, tal vez estaba muy concentrado en saber que era lo que estaba pasando.

Tenía que colocarme el vestido y me encontraba casi paralizado, hasta que la mamá de Belén llegó.

- Última mente estás muy lenta. - comentó la señora un poco molesta y acelerada.

Del cajón sacó un brasier especial para el vestido y lo lanzó a la cama.

-Parece que tengo que vestirte como si fueras una niña.

-Sácate la camiseta.

Me retire aquella pequeña camiseta que cubría mis pechos mientras me quedaba impactado con lo que miraba. Los pechos de Belén eran pronunciados pero no muy grandes y verlos me daba esa sensación de sentir lo que siempre estuvo ahí. Como cuando te acuerdas que respiras y puedes sentir tus pulmones inflarse , o cuando recuerdas que tienes un anillo y puedes sentir el acero cubriendo tu dedo.

Podía sentir aquel bulto en cada uno de mis pechos, podía sentir como se expandía mi piel cuando respiraba, podía sentir la pequeña brisa que provocaba que los persones se hagan duros. De atrás sentí como el frío brasier que me colocaba la señora con apuro cubría parte de los pechos que sentía.

Ahora podía sentir presión que causaba el brasier mientras la mamá de Belén me daba el vestido para que me lo coloqué desde arriba. La tela iba bajando y haciendo presión por aquellos pechos que no podía ignorar, las curvas de mi cuerpo detenían al fluides del vestido, haciendo que la mamá de Belén con un poco de fuerza vaya bajando más hasta cubrir una parte de mis muslos.

Podía sentir como aquel hacía presión en mis piernas con cada paso que daba, sentía las ganas de ponerme un pantalón, era  como si usara una camiseta nada más, no podía acostumbrarme a tener mis piernas descubiertas.

- Maquíllate mientras te peino - Dijo la señora.

Yo no sabía que hacer en ese momento, me mire en el espejo y un pequeño escalofrío pasó por mi cuerpo, pues Belén tenía ciertos rasgos parecidos a mi. El color de ojos, la mirada, el color de cabello entre otros aspectos que podría decir que es mi hermana, mi hermosa hermana.

- ¿Estás drogada ?  Comentó la mamá enojada.

- Te quedas mirando al espejo y no haces nada.

La señora agarró los cosméticos y comenzó a aplicarme maquillaje, al parecer era muy acelerada y le gustaba consentir a Belén. Eso me salvo en ese momento, yo solo podía sentir como pasaba cosas por mi cara hasta que acabo.

Al verme nuevamente al espejo, era una persona más irreconocible de lo que ya era, era muy extraño ver que tu reflejo es el de una hermosa mujer y eso hacía que me intimide verme a mi mismo.

La mamá de Belén sólo movía la cabeza mientras colocaba unos tacones frente a mi. Mi mirada bajo hacia ellos y era imposible dejar de sorprenderse, pues eran muy altos para mi. Con esfuerzo a mi desconectada situación con mis manos me coloqué ellos tacones.

- Listo, levántate para ver cómo te quedan - Decía la señora.

Yo con esfuerzo e intentando mantener el equilibrio me levante.

- Aah, que te mandaste ayer

- Pareces drogada, ebria, dormida.

Era muy extraño sentir como un Tacón sostenía mis talones y todo el cuerpo. Era extraño tener que usar un vestido y unos tacones que nunca hubiera hecho. Intente dar pasos para intentar acostumbrarme a ellos.

Me vi nuevamente al espejo y quedé alucinado.

 Mi vida paralela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora