De piropos y romance || Chanbaek

Piropo 6.

A Baekhyun siempre le han gustado los momentos llenos de adrenalina, a su esposo no le hace mucha gracia que se exponga a esas situaciones, pero nunca le dice que no, acompañándolo para asegurarse de que no salga lastimado, como esa vez que cumplió su promesa de lanzarse juntos en paracaídas cuando terminó la cuarentena por su embarazo.

Ahora Baekhyun está dando saltitos, completamente emocionado alrededor de la motocicleta y pidiéndole a Chanyeol que lo lleve a dar un paseo.

Ve a su esposo suspirar con resignación y sonríe por su victoria, se coloca el casco pero el contrario se acerca apartandole las manos para ser quien lo abroche cuidadosamente, asegurándose que estuviera ajustado.

Pone los ojos en blanco cuando no lo ve y espera a que Chanyeol se acomode para subir detrás de él, la vista de los muslos de su esposo, apretando la motocicleta para mantenerla en equilibrio hace que su mente se vaya a lugares que no deberían en este momento.

Sacude la cabeza y se fija bien en cómo subir para no quemarse con el tubo de escape, envuelve la cintura de Chanyeol con sus brazos y aprieta sus propios muslos a los costados de los de él, en parte por seguridad, en parte porque le gusta provocarlo.

La motocicleta vibra bajo sus cuerpos y pronto están en marcha, no tan rápido como le gustaría, bufa por ese hecho.

—Channie, nadie pasa por aquí y confío en tus habilidades ¿O prefieres que conduzca yo? —habla fuerte para que lo escuche por encima del ruido.

—Definitivamente no, no quiero morir aún.

—Entonces acelera un poco más.

No puede ver su gesto pero apostaría a que de no estar manejando ya le habría puesto los ojos en blanco. Con un rugido por parte del motor, aceleran, logrando que se aferre con más fuerza a la cintura de Chanyeol y que ría por la velocidad.

Sin duda el paseo fue divertido y después de unas cuantas vueltas, su esposo decidió que era suficiente, volviendo al punto de origen.

Se quita el casco antes de bajar y acerca los labios al oído de Chanyeol, que había hecho lo mismo.

—Ojalá tú fueras la motocicleta, para estarte montando a ti.