Un cuento sobre el agua

Prólogo

La vida de Ana había cambiado mucho en los últimos dos años. Una llamada de la hermana de su novio le hizo dejar su trabajo, bastante precario, en su isla y lanzarse a la aventura en el nuevo proyecto de su cuñada. No tenía nada que perder y sí mucho que ganar. Además, era un buen momento para comenzar a vivir con su novio, Martín, con el que llevaba casi seis años de relación y que llevaba ya un año trabajando en Madrid en una gran empresa.

Lena le había contado más o menos en que consistía el proyecto. Se trataba de una empresa que organizaba eventos de cualquier tipo, pero su especialidad se centraba en la planificación de bodas, apartado en el que quería contar con la canaria. A Ana le había encantado el proyecto desde el primer momento, era una romántica empedernida, fan de las películas de amor de las que tanto se quejaba Martín, y saber que podría encargarse de ayudar y dar su opinión a los futuros novios le encantaba.

De esto hacía ya un tiempo y la morena cada vez se encontraba más cómoda en su papel de wedding planner. Llevaba ya varias bodas a sus espaldas y lo que más le gustaba era el momento en el que los novios entraban en el lugar en el que se iba a celebrar la ceremonia y su cara de satisfacción al ver todo tal cual lo habían soñado. Además, el sueldo que le proporcionaba su trabajo era mucho mejor de lo que había pensado y le permitía compartir un pequeño ático en uno de los barrios más céntricos de Madrid con su novio y que contaba con una terraza desde donde se podían apreciar las luces de aquella ciudad que ya la tenía enamorada.

Ana pensaba que tenía todo lo que siempre había querido en la rutina en la que se había convertido su vida: un buen trabajo, un novio y una familia que la quería, un bonito piso y amigos con los que compartía sus hobbies.