La vuelta a la realidad después de aquel fin de semana fue más difícil de lo que pensaba. Mi jefa me esperaba el primer día de semana con más trabajo que se acumulaba a todo lo que tenía que hacer por lo que, aprovechando que Martín no llegaría hasta el miércoles de madrugada, estuve dos noches prácticamente sin dormir intentando adelantar algunas de las tareas más urgentes acompañada de una taza de café y de Mimo, que dormitaba a mi vera en el sofá.
Martín llegó aquel miércoles con una sintonía muy diferente a la que me esperaba. No tuvimos ningún roce durante aquella semana y me sorprendió el día de su llegada pasando a recogerme por la oficina y llevándome a cenar a uno de esos restaurantes que a él no le hacían mucha gracia, pero que a mí me encantaban. Me pidió disculpas por cómo se había portado antes de irse y me prometió demasiadas cosas que sabía no iba a cumplir, pero que en aquel momento me hicieron recapacitar un poco. El viernes volvimos a repetir cita, esta vez en el cine viendo una de aquellas comedias románticas que tanto me gustaban y se sumó también a la tarde de domingo en casa de Aitana con algunos de mis amigos ante la sorpresa de todos ellos.
También ayudó el saber más bien poco de Mimi durante aquellos días. Habíamos compartido algún que otro mensaje, pero, el saber que después de su viaje a Barcelona se había ido a Granada a ver a su familia y que había ido Adrián con ella no me había hecho demasiada gracia. Sabía que no era quién para enfadarme por eso, solo éramos dos personas que empezaban a tener una buena relación de amistad, pero tampoco quería engañarme, la tensión que habíamos vivido ambas demostraba que las dos teníamos algo más que un sentimiento de amistad por la otra. Por tanto, me mostré un poco seca después de aquella noticia y Mimi debió de notarlo y dejó de escribirme durante sus días de descanso. Decidí centrarme de lleno en mi relación y olvidarme un poco de ella, al menos hasta que regresara.
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- Ana, tienes visita, ¿le digo que pase? – Cristina apareció por allí avisándome. Suponía que sería algún nuevo cliente del que Lena se había olvidado notificármelo. Empezaba a llegar la temporada alta de bodas y yo no podía con más carga de trabajo, así que esperaba por el bien de mi jefa que no me hubiese avisado por ser una boda todavía bastante lejana o cualquier otro evento del que solo tendría que supervisar alguna pequeña cosa
- Sí, claro, dame dos minutos y le dices que pase – la chica se fue de allí enseguida. Aproveché para colocar un poco mejor la mesa y dar una mejor impresión. Un golpe claro de nudillos se escuchó en la puerta y dejé pasar a la persona que esperaba al otro lado
- Buenos días. Ana, ¿verdad? – me quedé blanca al ver aparecer a Adrián. Aquello me devolvió de golpe a una boda de la que había intentado olvidarme lo máximo posible pero que se acababa de hacer muy real de repente. Intenté mantener la compostura y me levanté para recibirle.
- Buenos días, sí, encantada de verte de nuevo, Adrián – tomó asiento enfrente de mí y dejó unos cuantos papeles sobre la mesa – tú dirás – me animé a decirle para que llevara el rumbo de la conversación
- Sé que Miriam te dio todas las directrices para la boda, pero hemos pensado en cambiar algunas de ellas – yo asentí – estaba quedando un enlace demasiado sobrio y no queremos mostrar para nada esa imagen.
- Vale, ¿y en qué habíais pensado?
- Te he traído unas cuentas propuestas de música, catering, lugares nuevos donde poder celebrarla. Esta semana nos hemos dedicado mucho tiempo a los dos y hemos decidido demostrarle al mundo todo lo que nos queremos – no me sentó nada bien su último comentario, pero decidí seguir manteniendo el tipo y hacer como que escribía cada una de las propuestas que me tendía – Sé que es más trabajo, pero supongo que para eso te pagan, ¿no? – me quedé con ganas de contestar, pero respiré profundo conteniéndome. Su móvil sonó de repente y sin disculparse ni despedirse, recogió todo, contestó y se fue de mi despacho
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Un cuento sobre el agua
FanfictionDicen que cuando encuentras al amor verdadero lo sabes, que hay algo en tu interior que hace que no puedas dejar de pensar en esa persona. Sin embargo, nadie te avisa de cuándo es el momento ideal para descubrirlo, de cómo será tu vida en ese instan...