- ¿Qué pasa? – pasé mi mano por su espalda intentando tranquilizarla
- Esto pasa, Ana, esto pasa – me enseñó su móvil y yo no pude pronunciar ninguna palabra más al ver lo que en allí había
Mimi volvió a centrar su vista en el suelo mientras yo cogía el móvil y miraba fijamente lo que aquello contenía. No me lo podía creer y por mi cabeza pasaban un montón de cosas y futuras situaciones que no quería pensar en absoluto, pero que allí estaban. Pasé cada una de las fotos en las que Mimi y yo aparecíamos en modo cariñoso por la calle en diversos días, hasta que me fijé en una en la que estábamos tan cerca que cualquiera podría intuir que nos estábamos besando, aunque no fuese verdad
- Pero.... ¿cómo? – pregunté sin creerme lo que estaba viendo allí – joder, si siempre hemos intentado parecer solo dos amigas por la calle – me agaché enfrente de Mimi y acaricié su brazo
- No sé, Ana, no sé – negaba con la cabeza - ¿qué hago ahora?
- Mírame, Mimi, porfa – cogí su mentón y conseguí que me mirara. Sus ojos estaban tristes y su mirada más apagada que de costumbre – lo vamos a solucionar. Hablaremos con tu abogada, seguro que ella sabe qué podemos hacer
- No, no lo entiendes – me miró mientras se ponía de pies y comenzaba a caminar por el salón – joder Ana, que van a salir las fotos mañana. Que me tienen agarrada como quieren
- ¿Y qué vas a hacer? – pregunté – Mimi, no, dime que no vas a hacer lo que estoy pensando
- No puedo hacer otra cosa, Ana – evitó mirarme – el de la llamada era mi representante. Quiere verme ahora mismo en su despacho y la boda ahora mismo es la única solución para frenar cualquier tipo de rumor
- ¿Y ya está? – la miré – ¿así se acaba todo?
- No – elevó la voz – la boda no es nada. Ana, yo te quiero – ahora era ella la que se acercaba a mí para intentar establecer algún tipo de contacto – no cambia nada
- Mimi, vas a casarte. No entiendes que yo no puedo estar con alguien con la que no voy a poder ni salir a la calle libremente. Joder Mimi, que no es ninguna tontería – la miré – Que te vas a casar con otra persona
- Ana, no digas eso. Yo te quiero a ti y quiero que seas la persona con la que pase el resto de mi vida. Jamás me había enamorado tan fuerte de alguien
- ¿Cómo? – me llevé las manos a la cabeza algo desesperada - ¿cómo quieres que yo sea la persona con la que pases el resto de tu vida si no puedes dejar todo esto de lado? – negué. Mimi fue a contestar, pero su móvil comenzó a sonar de nuevo – da igual, tu carrera es lo más importante. Cógelo y ve, seguro que te están esperando – salí de allí y me encerré en el cuarto de baño para que ella no me viera llorar
Sentí cómo Mimi se dirigía a la habitación. Suponía que para cambiarse. Yo me senté en el suelo, contra la puerta y empecé a sollozar nerviosa y con ganas de gritar y mandarlo todo a la mierda. Las lágrimas cubrían mi cara y no pude resistirme a soltar un joder que resonó en toda la casa mientras daba un golpe fuerte y seco contra el suelo
- ¿Ana? – era ella – abre la puerta, por favor – yo no contesté ni hice lo que me pedía. Me limité a quedarme allí mientras sentía cómo ella también lloraba y se apoyaba del otro lado de la puerta – No sé qué hacer, Ana, ahora mismo solo siento que el mundo se me está cayendo encima y que lo único que no quiero es perderte – noté que le temblaba la voz – ábreme, por favor – sentí que me ahogaba, pero sabía que ella estaría igual y mi cabeza no era capaz de dejarla allí sola sabiendo cómo lo debería estar pasando. Respiré lentamente intentando calmarme y abrí la puerta del baño encontrándomela allí medio derrotada. Subió su cabeza y su mirada me partió en dos. La acogí entre mis brazos y estuvimos las dos en silencio durante varios minutos sintiendo como intentábamos tranquilizarnos mutuamente
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Un cuento sobre el agua
FanfictionDicen que cuando encuentras al amor verdadero lo sabes, que hay algo en tu interior que hace que no puedas dejar de pensar en esa persona. Sin embargo, nadie te avisa de cuándo es el momento ideal para descubrirlo, de cómo será tu vida en ese instan...