Mimi nos llevó hasta el que era el restaurante favorito de su madre en la capital. Ya que se negaba a que la invitáramos, por lo menos que eligiera ella el sitio.
La granadina cogió mi mano nada más salir del edificio y en aquel momento comprendí el cambio que había dado. No le importaba esconderse, de hecho, se paró a hablar con varios fans que la paraban por la calle y en ningún momento llegó a separarse de mí.
El restaurante no quedaba muy lejos de donde vivía por lo que pudimos ir hasta allí dando un paseo, ya nos encargaríamos de coger un taxi para poder llegar a los juzgados a tiempo. El local no era muy acogedor, tenía pocas mesas y un hilo musical de fondo que me atrapó en cuanto abrimos la puerta. Nos sentaron en una mesa del fondo, desde donde se podía observar todo lo que ocurría en aquel sitio, y una de las camareras vino enseguida a tomarnos nota.
- ¿Qué planes tenéis para estos días? – pregunté rompiendo el silencio que se había creado.
- No hemos decidido nada – contestó la rubia mirando a su madre
- No creo que me quede mucho tiempo. Tengo claro que vais a ganar el juicio y ahora que sé que Miriam tiene a alguien que la quiere tanto como tú no le hago tanta falta – bromeó
- Eso es una tontería, ojalá mi madre se interesara por mí igual que lo haces tú con Mimi – suspiré. Inma cogió mi mano y sonreí ante la caricia que me hizo
- No sé qué tipo de relación tienes con ella, cuando estés preparada estoy seguro de que me la contarás, pero quiero que te quede claro que, aunque no seas mi hija y no hayamos tenido todavía mucho tiempo para conocernos, solo con ver lo feliz que la haces ya te considero casi como una y quiero que sepas que voy a estar para todo lo que necesites, Ana – yo asentí intentando controlar la emoción del momento y miré a Mimi que nos miraba sonriendo
- Gracias, Inma y ten claro que ella a mí también me hace muy feliz – la miré
- No lo dudo – dejó una caricia sobre mi mejilla y sentí cómo Mimi ponía una mano sobre mi rodilla y me la apretaba – y ahora venga, vamos a cambiar de tema que nos ponemos demasiado sentimentales y hemos venido a comer para distraernos
La conversación durante la comida cambió de tema y terminamos haciendo algún que otro plan para aquellos días en lo que estaría Inma por la capital y también proponiendo planes para mi futura visita a Granada cuando estuviera totalmente recuperada.
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La hora de ir hacia los juzgados llegó antes de lo que esperábamos. Notaba a Mimi cada vez más nerviosa y, consiguiendo que Inma se colocara en el asiento de delante en el taxi, pude hablar con ella un poco sin que su madre se enterara. Puse una mano sobre su hombro y logré que girara su cara, que miraba por la ventanilla con el fin de distraerse, y centrara su vista en mí
- ¿Nerviosa? – le pregunté
- No, porque estás tú aquí – contestó sonriéndome
- Va a salir todo bien, no tienen ninguna prueba a su favor y van a tener que aceptar cualquiera de las condiciones que les propongamos para que la sentencia no sea tan dura
- Lo sé, es solo que mi cabeza no para de dar vueltas anticipándose a lo que pueda llegar a ocurrir
- Es normal – Mimi dejó caer su cabeza sobre mi hombro y no dudé en acariciar su pelo para transmitirle calma – pero tienen que ver quién es la mujer fuerte a la que se van a enfrentar
- Lo verán, quiero que paguen por cada cosa que han hecho y por todo el sufrimiento que te han provocado
- Y por ti también tienes que hacerlo
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Un cuento sobre el agua
FanfictionDicen que cuando encuentras al amor verdadero lo sabes, que hay algo en tu interior que hace que no puedas dejar de pensar en esa persona. Sin embargo, nadie te avisa de cuándo es el momento ideal para descubrirlo, de cómo será tu vida en ese instan...