Llevé mis manos a la cabeza y entrecerré un poco mis ojos como si aquello fuera a aliviar el dolor. Ya no eran tan fuertes como antes, pero seguía sintiéndolos de vez en cuando y solo la medicación que me había recetado la doctora conseguía paliarlo. Mimi se levantó a por la pastilla y me la trajo con un vaso de agua. Volvió a sentarse en el sofá y dejó que me recostara sobre su cuerpo sintiéndome algo mejor con las caricias que dejaba sobre uno de mis brazos
- ¿Mejor? – yo asentí - ¿por qué no duermes un ratito?
- Tú lo que quieres es no tener que hablar del tema – la miré – y no te vas a librar, luego dormiré
- Está bien – se rindió y dejó un beso sobre mi cabeza. Yo me incorporé un poco para poder mirarla bien, pero sintiendo todavía cómo su brazo me rodeaba la espalda
- ¿Qué paso después de que yo me fuera? – fui directa, no me apetecía andarnos con rodeos, ya había esperado suficiente - ¿por qué no te casaste?
- No habría podido hacerlo sabiendo lo que te acababa de pasar, en aquel momento tú eras mi única preocupación
- ¿Cómo te enteraste?
- Miriam – hizo una pausa – Aitana la llamó durante la ceremonia, acababan de avisarla del accidente y sabía que la gallega era la única persona con la que podía hablar en aquel momento. Interrumpió justo antes de que me tocara hablar a mí
- Si no hubiera pasado el accidente... ¿te hubieras casado?
- No lo sé, creo que estaba demasiado cegada por todo lo que me podría pasar si no lo hacía y cómo podría arruinar mi trabajo y el de la gente que vivía también de ello, pero, cuando vi la cara de Miriam y soltó aquello, solo podía pensar en ti, en que no podía perderte y que de qué me serviría tenerlo todo en lo profesional si al llegar a casa no podría disfrutarlo contigo – sentí cómo una lagrima descendía por su mejilla y la atrapé con mis dedos – no me podía creer la noticia, Ana, me sentí tan culpable
- Eh – la atraje hacía mí y la abracé. Al final había pasado por momentos de mucha tensión- ya está, mi amor. Estoy aquí, contigo – le susurré al oído - ¿Qué ha pasado con la discográfica? – pregunté cuando la noté más calmada – no les debió sentar muy bien que te fueras en mitad de la boda me temo, ¿no? – ella asintió
- Han puesto una denuncia por incumplimiento de contrato – la miré sin creérmelo – me pide mucho dinero
- Qué cabrones – solté
- Lo que no esperaban es ver que han caído en su propia trampa – la miré sin entender – he estado hablando con mi abogada y ha conseguido pruebas más que suficientes para ganar el caso. ¿Te acuerdas de las famosas fotos? – asentí – fueron ellos
- ¿Cómo?
- Lo tenían todo planeado. Adrián se enteró de que estaba viéndome contigo y se lo hizo saber a Miguel. Ninguno de los dos quería aquello, Adrián porque para él casarse conmigo le solucionaba la vida y Miguel porque sabía que solo con la exclusiva de la boda sacaría promoción suficiente para ampliar la agencia.
- No me lo puedo creer
- Nos seguían a cada paso, contrataron a alguien para que lo hiciera. Por eso tenían fotos de cada cosa que hacíamos, incluso nos siguieron parte del viaje a Altea
- ¿Y las llamadas?
- Mi abogada contraatacó con una demanda a ellos, les ha pasado una copia de todos los informes donde se ve claramente todo lo que han hecho. Ahora se arrepienten y no dejan de llamarme para pedir perdón y decir que vuelva con ellos, que todo ha sido una tontería y que seguro encontramos una solución mejor, pero paso de cogerles el teléfono, me han recomendado además que no lo haga
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Un cuento sobre el agua
FanfictionDicen que cuando encuentras al amor verdadero lo sabes, que hay algo en tu interior que hace que no puedas dejar de pensar en esa persona. Sin embargo, nadie te avisa de cuándo es el momento ideal para descubrirlo, de cómo será tu vida en ese instan...